El hecho tuvo lugar en Córdoba. Además, la familia denunció que el asesino del perro los amenazó.
Mató al perro de terapia de una nena mendocina porque le orinó el auto
Una familia mendocina que vive en Córdoba fue blanco de un indignante hecho de violencia. En un barrio privado de Villa General Belgrano, un vecino mató a balazos al perro de compañía de una niña de 10 años con epilepsia, luego de que el animal orinara una rueda de su auto.
El episodio tuvo lugar el pasado jueves 26 de junio en horas de la tarde. Según relató la familia, Harry, un Jack Russell terrier de nueve años, salió de la casa como lo hacía habitualmente y no regresó.
Tras una intensa búsqueda, la familia lo encontró muerto bajo un arbusto con un balazo en el pecho. El agresor fue un vecino que vive a pocos metros de la vivienda de la víctima, quien confesó haber disparado y fue denunciado además por amenazas hacia la familia.
La mascota estaba entrenada para detectar convulsiones y acompañar a la pequeña durante las crisis. Dormía con ella y formaba parte de su tratamiento médico.
El agresor reconoció ante testigos haber disparado con un rifle de aire comprimido. "Hace 9 meses que vivo en este barrio y sin saberlo teníamos al frente de casa un canicida, y hoy tengo que vivir con mis 3 hijas con ellos cruzando la calle sin saber en qué momento pueden volver a disparar. Cuando aceptó que fue él nos decía 'yo lo bajé, yo lo bajé'", escribió la madre de la nena en redes sociales.
Tras el asesinato del perro, las tres hijas del matrimonio se niegan a salir de la casa por miedo. "Dormimos todos juntos, con la alarma activada. No sabemos si tiene más armas en la casa", escribió Marta, en una publicación que se viralizó en redes sociales bajo el lema #JusticiaPorHarry.
La Fiscalía de Río Tercero, a cargo del fiscal Alejandro Carballo, investiga el caso. El canicida será indagado en los próximos días y ya pesa sobre él una restricción de acercamiento hacia la familia. La Justicia, en tanto, secuestró el rifle utilizado y continúa recopilando testimonios para avanzar en la causa.
La familia se había mudado al barrio cerrado Los Molles hacía apenas nueve meses, buscando seguridad y calidad de vida. Hoy, evalúan abandonar el lugar por temor a nuevas agresiones: "Necesito que alguien me ayude, tengo miedo porque además de matar al perro el NOS AMENAZÓ, a mí, a mi marido a mi hermano, nos desafiaba con UN ARMA EN LA CINTURA y nos hacía gestos como que la iba a usar".
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