Así trabajará la planta de papel higiénico que se inauguró en Almafuerte

Con una inversión de USD 680.000, se abrió la planta de Suavipack, un proyecto de inclusión laboral que capacita a personas privadas de su libertad y les brinda herramientas para reinsertarse en la sociedad.

Así trabajará la planta de papel higiénico que se inauguró en Almafuerte

Editó: María Belén Godoy

Este martes, Hernán Fontana, uno de los cofundadores de Suavipack, en diálogo con el programa Tenés que Saberlo de Radio Post (FM 92.1 en el Gran Mendoza, 96.9 en Luján de Cuyo, 100.1 en San Martín y 96.7 en La Paz) contó cómo funcionará la empresa que busca reinsertar presos brindándoles trabajo desde Almafuerte.

En Mendoza hay alrededor de 7.500 personas privadas de libertad. Una cifra que, además de exigir más presupuesto, plantea desafíos que van más allá del encierro: ¿Qué sucede con esas personas mientras están presas y qué pasa cuando recuperan la libertad? 

Con esa pregunta como motor, se inauguró en el penal de Almafuerte una fábrica de papel higiénico y servilletas que busca cambiar el paradigma penitenciario desde adentro.

Se trata de Suavipack, una empresa creada específicamente para funcionar dentro de la cárcel. El emprendimiento nació de la alianza entre RIR, una empresa sanjuanina con 15 años de experiencia en la elaboración de papel, y Grupo Fonter, una constructora con base en Mendoza. La inversión inicial fue de 680 mil dólares y permitió montar una planta con tres líneas de producción y una cuarta en proceso de instalación.

"La idea surgió de nuestro vínculo con Los Caciques, el equipo de rugby del penal. Durante años los ayudamos desde afuera, pero veíamos que al salir, los internos no conseguían trabajo y recaían. Entonces decidimos hacer algo más estructural: trabajar con ellos adentro, capacitarlos, enseñarles un oficio y darles cultura de trabajo", explicó Hernán Fontana.

Actualmente, 25 internos forman parte del proyecto. No todos pueden acceder: deben cumplir requisitos exigentes como buena conducta, compromiso con el estudio y pasar un proceso de selección del Servicio Penitenciario y de la empresa. Quienes ingresan reciben un peculio, una retribución económica que no es técnicamente un sueldo, ya que están privados de libertad. La empresa paga al Servicio Penitenciario en función de la producción.

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Industria real, puertas reales

Suavipack no es un taller artesanal: es una industria montada con maquinaria profesional. Los internos trabajan con bobinas de gran tamaño, cortan, troquelan y empaquetan papel higiénico y servilletas, con opciones de una o dos hojas. La materia prima ingresa y el producto terminado sale del penal bajo estrictos protocolos.

Fontana reconoce que la productividad es menor a la que tendrían fuera del penal: "Con cinco personas afuera puedo producir lo mismo que con veinte acá. Pero el objetivo no es solo producir, sino formar personas. Queremos que cuando salgan, estén mejor preparados, tengan hábitos y herramientas para trabajar".

 Fontana cofundador de Suavipack.

La empresa busca que otras compañías privadas, organismos públicos y supermercados se animen a comercializar sus productos. Por ahora apuntan a clientes institucionales y no al consumidor final, pero esperan que pronto la marca Suavipack se vea en las góndolas.

Un modelo de impacto social

El modelo no es nuevo en Mendoza: ya hubo antecedentes como la fábrica de zapatillas en el penal de mujeres de El Borbollón. Pero Suavipac se distingue por su escala y su compromiso empresarial. "Hay quienes dicen que deberían dar trabajo a los que están afuera, no a los de adentro. Pero cuando alguien comete un delito, hay una víctima. Si esa persona vuelve a salir sin herramientas, lo más probable es que reincida. Queremos que esa historia cambie", señaló Fontana.

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El proyecto, además, cuenta con el apoyo del Ministerio de Seguridad y el Servicio Penitenciario, que facilitaron la cesión y reacondicionamiento de un galpón en desuso dentro de Almafuerte.

Mirada a futuro

Además de la planta en Almafuerte, el grupo tiene una fábrica en San Juan, aunque los productos que allí se elaboran no llevan la marca Suavipac. Esa marca está exclusivamente asociada al penal, y su propósito está claro: ser una herramienta de transformación.

"Necesitamos colaboración, no ayuda. Queremos competir en calidad y precio, pero también contar nuestra historia. Porque creemos que las segundas oportunidades se construyen con trabajo, respeto y compromiso", cerró Fontana.

Mientras los primeros rollos de papel ya comienzan a salir de la cárcel, una idea empieza a crecer en Mendoza: que el encierro no sea el final del camino, sino el comienzo de una nueva etapa.

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