La serie de Menem y el bodeguero mendocino que compró la famosa Ferrari

La historia real detrás de uno de los autos más famosos de la historia argentina, que terminó comprando un bodeguero mendocino, pero no para poseerla, sino para sortearla entre los compradores de vino en caja.

La serie de Menem y el bodeguero mendocino que compró la famosa Ferrari

Por: Santiago Montiveros

Mientras la nueva serie sobre Carlos Menem, estrenada en Amazon Prime este miércoles 9 de julio, revive episodios emblemáticos de los '90, uno de los íconos que no podía faltar es la Ferrari que el expresidente condujo desde Olivos hasta Pinamar. 

Más allá de la imagen televisiva y del archivo, ese auto tuvo un destino insólito: terminó en manos de un bodeguero de Mendoza, que lo usó como gancho publicitario para vender vino en caja y lo sorteó entre sus clientes, aumentando un 10% las ventas del producto (todo un éxito).

La Ferrari que sorteó el sanrafaelino Garbín, dueño de Pico de Oro.

En enero de 1991, el empresario italiano Massimo del Lago -por entonces interesado en negocios de infraestructura y concesiones viales- donó una Ferrari 348 TB al presidente. Consultado por la prensa en plena temporada de verano en la costa, Menem fue categórico: "La Ferrari es mía, mía", dijo en Pinamar, desatando una polémica que mezclaba poder, lujo y legalidad.

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Lo cierto es que el auto no permaneció demasiado tiempo bajo custodia presidencial. En diciembre de 1991, tras una breve tenencia y crecientes cuestionamientos, el Estado argentino remató la Ferrari que luego terminaría comprando Claudio Garbín, empresario vitivinícola de San Rafael y dueño de la bodega que producía el vino en caja "Pico de Oro". Compró la Ferrari y le dio un giro comercial inesperado.

Durante casi un año, la Ferrari recorrió el país promocionando el vino Pico de Oro. La estrategia fue tan audaz como ingeniosa: una caravana de camionetas ploteadas seguía al bólido rojo por distintas provincias. Mientras tanto, en los almacenes y supermercados, por cada caja del vino, otorgaban un cupón que permitía participar del concurso.

El gran sorteo se realizó a fines de 1996, y el ganador fue Carlos Villalba, un vecino de Ciudad Evita, en La Matanza, que vivía en un monoblock. Apenas la recibió, la puso en venta en los clasificados de un diario por 100.000 dólares, aunque no hay registros públicos que confirmen si efectivamente se vendió a ese precio.

Con el paso del tiempo, el vehículo fue pasando de manos, hasta terminar en poder de los empresarios Aldo y Dahian Rochini, dueños actuales.

Así, la Ferrari que fue símbolo del "uno a uno" y de la ostentación presidencial, pasó a ser también parte de una campaña marketinera criolla, con gusto a vino en caja y espíritu federal. 

De Olivos a Pinamar, de San Rafael a La Matanza, la Ferrari de Menem terminó siendo un emblema del folclore noventoso argentino, que ahora vuelve a escena en la serie de Amazon.

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