En el Día Mundial del Corazón, el cardiólogo Javier Ortego advirtió en diálogo con el Post que los infartos ya no son un problema exclusivo de los adultos mayores: cada vez se registran más casos en personas jóvenes, vinculados a factores como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y el estrés.
Aumento de infartos en jóvenes: ¿cuál es la situación en Mendoza?
En el país, los infartos agudos de miocardio siguen siendo la principal causa de muerte, con unas 40.000 víctimas al año, lo que equivale a más de 100 casos diarios.
La mortalidad cardiovascular representa cerca del 30% de todas las muertes, un nivel similar o apenas superior al promedio mundial informado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el marco del Día Mundial del Corazón, el Post dialogó con Javier Ortego, responsable del Programa de Prevención y Tratamiento de las Enfermedades Cardiovasculares de la provincia. El especialista explicó que en Mendoza la situación es semejante a la nacional: no existen registros finos, pero las estimaciones muestran la misma tendencia.
Riesgos en jóvenes y factores asociados
Ortego advirtió que cada vez se detectan más factores de riesgo en edades tempranas, como "hipertensión y diabetes. A esto se suman el tabaquismo -que alcanza al 22% de la población según la última encuesta nacional-, el sedentarismo, la obesidad, el estrés y el consumo de sustancias ilegales como la cocaína".
Históricamente, los infartos se vincularon más a los varones, pero "hoy son también la principal causa de muerte en mujeres", indicó Ortego.
El especialista indicó que los síntomas suelen ser claros en los hombres: "Dolor opresivo en el pecho que se irradia al brazo, mandíbula o espalda". Sin embargo, en las mujeres, son más inespecíficos y "muchas veces pueden pasar inadvertidos".
El cardiólogo recordó que las mujeres tienen un "efecto protector" gracias a los estrógenos hasta la menopausia, etapa en la que la incidencia se iguala entre ambos sexos. También mencionó que durante el embarazo o puerperio pueden presentarse casos, aunque son poco frecuentes.
Factores de riesgo: modificables y no modificables
Ortego diferenció entre los factores no modificables "sexo, edad, antecedentes familiares" y los modificables "obesidad, sedentarismo, tabaquismo, hipertensión, diabetes, colesterol alto y estrés". El especialista sostuvo que "en los últimos años, la prevalencia de estos factores aumentó, de acuerdo con encuestas nacionales".
Ortego insistió en que los controles deben comenzar temprano porque muchos factores de riesgo son silenciosos. "Detectarlos y tratarlos a tiempo es fundamental para evitar daños a futuro", afirmó.
Además, subrayó que la prevención debe pensarse a largo plazo: alimentación sana, actividad física regular, peso adecuado, no fumar y controles médicos periódicos. Y concluyó: "Una vez que alguien sufre un infarto, queda con una enfermedad cardíaca que afectará su calidad de vida; por eso la mejor estrategia es evitar que ocurra".
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