El cuadro perdido de Turner que cambia la historia del arte

Fue atribuido erróneamente a otro artista, pasó más de un siglo oculto y ahora vuelve a la luz: una pintura temprana de J.M.W. Turner revela la gestación de un genio. Su hallazgo conmociona al mundo del arte.

El cuadro perdido de Turner que cambia la historia del arte

Editó: Santiago Montiveros

Durante más de 150 años, una pintura clave de J.M.W. Turner permaneció en el anonimato, oculta bajo barniz envejecido y firmada por error como obra menor. Pero hoy, "The Rising Squall" no solo vuelve a ocupar su lugar, sino que se convierte en una pieza crucial para entender los orígenes del Romanticismo británico.

Tal como destaca la revista Muy Interesante, el lienzo, realizado en 1792 por un Turner de solo 17 años, retrata una escena tormentosa en Hot Wells, Bristol, y anticipa el estilo dramático y emocional que lo haría célebre. No es simplemente un paisaje, sino una revolución estética en ciernes, donde la naturaleza deja de ser un fondo decorativo para convertirse en fuerza viva, sublime y desbordante.

Una firma que lo cambió todo

El hallazgo ocurrió casi por accidente. Durante una restauración rutinaria, emergió la firma del artista en un rincón del cuadro. El hallazgo encendió las alarmas: la obra, que muchos consideraban una simple acuarela de autor desconocido, era en realidad el primer óleo exhibido públicamente por Turner, tres años antes de su obra reconocida Fishermen at Sea.

Expertos compararon la pieza con bocetos conservados en la Tate Gallery y comprobaron que todo coincidía: la técnica, la escena, la energía compositiva. De inmediato, la historiografía del arte británico quedó alterada, ya que Turner demostró una destreza pictórica precoz y disruptiva.

El boceto que Turner hizo de la casa de Hot Wells, el cual le sirvió de referencia para sus obras posteriores.

Un adolescente que desafiaba a sus maestros

A diferencia de sus contemporáneos, que representaban paisajes calmos y equilibrados, Turner ya desde joven prefería la violencia del clima, el vértigo del viento y la sombra emocional. La técnica empleada en The Rising Squall, con capas finísimas de óleo aplicadas como si fueran acuarela, rompía con los cánones de la época y se anticipaba a su propia evolución artística.

Por entonces, Turner se había empapado del estilo del francés Philippe Jacques de Loutherbourg, con sus escenografías marinas teatrales. Pero el joven británico dio un paso más: incorporó una dimensión emocional profunda, como lo demuestra el personaje que aparece huyendo del mar con los brazos abiertos. El dramatismo no era un efecto estético: era una declaración de principios.

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Del anonimato a Sotheby's

La historia del cuadro es también un viaje insólito. El reverendo Robert Nixon lo compró a través del padre de Turner, barbero de profesión. Luego fue trasladado hasta Tasmania, donde su hijo, nombrado obispo, lo exhibió por última vez en 1858. Desde entonces, desapareció del radar salvo por una mención en un catálogo de 1864.

Hoy, el cuadro resurge justo a tiempo para conmemorar los 250 años del nacimiento de Turner, y será subastado en julio por Sotheby's, con un valor estimado de hasta 400.000 dólares. Pero su valor simbólico es mucho mayor. Se trata de una pieza que reescribe la biografía de uno de los grandes maestros de la pintura europea, y que revela cómo incluso en sus primeros pasos, Turner ya hablaba con la voz del genio.

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