Un mundo bajo tierra: las raíces profundas que podrían cambiar el futuro del clima

Un nuevo estudio revela que las plantas desarrollan redes subterráneas ocultas a más de un metro de profundidad. Estas raíces no solo buscan nutrientes, también podrían ser claves en la captura de carbono.

Un mundo bajo tierra: las raíces profundas que podrían cambiar el futuro del clima

Editó: Santiago Montiveros

Durante años, los científicos creyeron que la mayoría de las raíces de las plantas se concentraban en los primeros 30 o 50 centímetros del suelo. Sin embargo, un reciente trabajo publicado en Nature Communications y liderado por la Universidad de Nueva York, propone una mirada distinta: en uno de cada cinco ecosistemas terrestres analizados, las plantas presentan una doble estrategia radicular, con una segunda red de raíces que se extiende a más de un metro de profundidad.

Este patrón subterráneo, denominado "bimodalidad radicular", fue identificado a través del análisis de datos del Observatorio Ecológico Nacional de Estados Unidos (NEON), en 44 sitios que van desde la tundra de Alaska hasta los bosques de Puerto Rico. En aproximadamente el 20% de esos ecosistemas, se encontró un segundo pico de concentración de raíces oculto en estratos de suelo normalmente ignorados por la investigación tradicional.

Lo que no veíamos bajo nuestros pies

La mayoría de los estudios sobre raíces en ecología han trabajado con muestras poco profundas, generando una visión sesgada del funcionamiento real de los ecosistemas. Gracias a las excavaciones profundas del programa NEON, que alcanzan los dos metros bajo tierra, se pudo detectar esta inesperada segunda red subterránea.

Un análisis global de suelos reveló que una de cada cinco plantas tiene un conjunto de raíces insospechadamente profundo.

Este sistema oculto no está ahí por azar. Se ubica en zonas del suelo donde existen reservas de nutrientes como el nitrógeno, a las que solo acceden plantas con raíces capaces de explorar a fondo. En ambientes secos o de suelos empobrecidos, este comportamiento parece aún más común: cuando escasea el agua o los nutrientes en la superficie, las plantas literalmente "excavan más hondo" para sobrevivir.

Inteligencia vegetal en acción

Lejos de ser estructuras pasivas, las raíces actúan como verdaderas exploradoras del subsuelo. Deciden dónde crecer según las condiciones del entorno. Aunque este patrón profundo es más frecuente en matorrales que en praderas, y en ecosistemas con baja biomasa radicular total, su distribución geográfica es diversa, lo que indica que no se trata de un fenómeno aislado.

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¿La clave para frenar el calentamiento global?

Más allá de lo botánico, el descubrimiento podría tener consecuencias importantes en la lucha contra el cambio climático. Las raíces profundas, al extenderse hasta estratos del suelo donde los microbios descomponedores no llegan fácilmente, podrían almacenar carbono durante mucho más tiempo que las raíces superficiales.

Este carbono "enterrado" estaría, según los investigadores, fuera del alcance de procesos naturales que lo liberarían como CO a la atmósfera. Así, las plantas con raíces profundas podrían estar secuestrando carbono en niveles que hoy no se contemplan en los modelos climáticos ni en muchas estrategias de reforestación o agricultura regenerativa.

No obstante, el estudio también advierte sobre los posibles riesgos. En ciertas condiciones, estas raíces podrían activar procesos de descomposición en zonas estables del suelo y liberar carbono previamente almacenado. Por eso, la clave estará en entender cómo funciona este delicado equilibrio.

Una nueva dimensión en los ecosistemas

Este hallazgo obliga a repensar la estructura de los ecosistemas como algo más que una capa superficial. Según los autores del estudio, limitar la observación a los primeros centímetros del suelo ha generado un entendimiento incompleto de cómo funcionan los sistemas terrestres.

Ahora que sabemos que hay vida, nutrientes y procesos clave hasta dos metros bajo nuestros pies, se abre la puerta a revisar prácticas agrícolas, políticas de conservación e incluso estrategias para mitigar el calentamiento global.

En un mundo donde la escasez de agua y nutrientes se vuelve cada vez más crítica, comprender por qué algunas plantas optan por profundizar sus raíces puede ser fundamental para el desarrollo de cultivos más resistentes o la restauración de suelos degradados.

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