En el programa Vientos de Campo que se emite por Radio Post FM 92.1 los sábado de 8 a 10, conversaron con una de las mentes detrás de Casa Vigil.
Casa Vigil y cómo se une la gastronomía y el amor por la tierra
En una reciente entrevista en Vientos de Campo, programa de Radio Post FM 92.1 que se emite todos los sábado de 8 a 10, conversaron con María Sance, una de las mentes detrás de Casa Vigil, un proyecto que combina gastronomía, agricultura regenerativa y amor por la tierra. La investigadora y empresaria gastronómica, compartió detalles sobre su iniciativa Labrar, un modelo que busca visibilizar al productor primario y rescatar variedades agrícolas tradicionales.
Labrar: un enfoque innovador en la agricultura y la gastronomía
María explicó que Labrar es el nombre que le dieron a su forma de trabajar, basada en la colaboración con pequeños productores locales. Este proyecto no solo promueve el uso de variedades antiguas y criollas, sino que también fomenta prácticas agrícolas regenerativas. "No pretendemos que todos sean 100% agroecológicos, pero estamos en camino", señaló.
El rescate de sabores y tradiciones
Uno de los pilares de Labrar es rescatar sabores y nutrientes que se han perdido en las variedades comerciales. María destacó la importancia de trabajar con tomates antiguos, que, aunque menos productivos, ofrecen mayor sabor y calidad nutricional. "Si no hay demanda, no habrá producción", afirmó, haciendo un llamado a los consumidores a pedir estas variedades en sus mercados locales.
Impacto ambiental y comunidad
Casa Vigil no solo se enfoca en la calidad de sus productos, sino también en la sostenibilidad. María detalló cómo manejan sus residuos orgánicos, convirtiéndolos en compost que luego regresa a sus huertas. Además, a través de Aprendamos Labrando, un programa educativo, han llevado huertas a escuelas, enseñando a los niños sobre agricultura y alimentación saludable.
Un modelo para inspirar
El trabajo de María Sance y Casa Vigil es un ejemplo de cómo la pasión por la tierra y la gastronomía pueden transformarse en un modelo sostenible y regenerativo. Su enfoque no solo beneficia al medio ambiente, sino que también fortalece a las comunidades locales y rescata tradiciones que estaban en riesgo de desaparecer. Labrar es, sin duda, un proyecto que inspira a repensar nuestra relación con la agricultura y la alimentación.
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