Argentina estrenó el primer protocolo unificado para recolectar y comparar olores humanos en investigaciones judiciales. Buscan estandarizar la técnica y convertirla en una prueba más sólida en todo el país.
Argentina crea su primer "banco de olores" forense: así funcionará
Argentina acaba de sumar una herramienta inédita para la investigación criminal: el primer "banco de olores" del país, un sistema que permitirá recolectar, conservar y comparar huellas oloríferas humanas con criterios unificados.
La iniciativa quedó oficializada en la Resolución 1341/2025, publicada por el Ministerio de Seguridad, y marca un cambio profundo en la forma en que las fuerzas federales trabajarán estas pruebas.
Hasta ahora, cada fuerza tenía sus propios métodos. Esa falta de estándares hacía muy difícil comparar peritajes entre jurisdicciones, y en algunos casos, impedía que la odorología forense se tomara como evidencia robusta. Con el nuevo protocolo, el Gobierno busca que esta técnica -ya implementada en otros países- gane precisión y validez judicial.
La resolución define a la odorología forense como "una herramienta científica especializada para la identificación humana a través de la detección y comparación de compuestos orgánicos volátiles presentes en objetos, estructuras, personas o cadáveres mediante el empleo de canes adiestrados y operadores cinotécnicos capacitados".
Perros adiestrados serán claves en la comparación de huellas odoríferas.
Un protocolo único para todo el país
El nuevo marco normativo fue elaborado junto con especialistas y técnicos de todas las fuerzas federales. Su objetivo es armonizar los procedimientos y ajustarlos a estándares internacionales. Además, invita a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires a sumarse a través del Consejo de Seguridad Interior, con la idea de que la prueba tenga el mismo peso en cualquier expediente.
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El texto establece reglas claras para evitar contaminaciones, preservar la cadena de custodia y unificar cada etapa del proceso: desde el levantamiento del olor hasta la comparación final.
Cómo se recolectan los rastros
El protocolo incorpora definiciones clave como "odorotipo", la identidad única que cada persona emite, y "huella odorífera", el rastro que queda en objetos o ambientes.
La recolección podrá hacerse de tres modos:
-Levantamiento directo, cuando el objeto puede secuestrarse completo.
-Levantamiento indirecto, transfiriendo el olor a gasas o hisopos.
-Levantamiento instrumental, con equipos diseñados para capturar olor humano.
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Los especialistas deberán trabajar con trajes de protección, guantes, barbijos y herramientas esterilizadas. Todas las muestras irán al banco de olor, un recinto que deberá mantenerse entre 15 y 20 grados y con una humedad del 60 al 70%.
Los plazos de conservación también quedan fijados: tres años para levantamientos directos y dos años para los indirectos o instrumentales.
El análisis: la clave del perro y el operador
La comparación se realizará en salas acondicionadas y con dos equipos cinotécnicos certificados. La metodología central es el "Line up", donde el perro identifica coincidencias entre la muestra dudosa y frascos que contienen olores indubitados. El resultado solo será válido si los dos equipos marcan lo mismo y ningún operador conoce la ubicación de las muestras.
Las muestras indubitadas deberán provenir de personas vinculadas a la causa, mientras que los testigos serán individuos ajenos pero con características similares. En casos con cadáveres, la recolección quedará a cargo del médico forense.



