A 33 años: cómo hicieron explotar la embajada de Israel

A las 14:42 del 17 de marzo de 1992, la sede diplomática que estaba ubicada en el barrio porteño de Retiro voló por los aires. Dejó como saldo 22 víctimas fatales (aunque extraoficialmente se habla de 29) y más de 200 heridos. Hasta el día de hoy los responsables del hecho siguen impunes.

A 33 años: cómo hicieron explotar la embajada de Israel

Por: Franco Cerroni

 El 17 de marzo de 1992, durante una tarde que parecía tranquila como cualquier otra en la Ciudad de Buenos Aires, donde todas las personas que pasaban por el barrio de Retiro entre las calles de Arroyo y Suipacha, donde estaba ubicada la Embajada de Israel, y los transeúntes que también merodeaban alrededor de la zona se vieron sacudidos por un sonido estremecedor que difícilmente olvidarán en sus vidas.

A las 14:42 horas, un coche bomba que estaba cargado de explosivos impactó contra la fachada de la Embajada, lo que liberó toda una onda expansiva que impactó en todas las zonas aledañas al lugar del hecho.

Este estallido convirtió a la sede diplomática en un sitio lleno de escombros en muy poco tiempo, que también derribó bastantes muros y muchos vidrios en varias cuadras cercanas al edificio. Entonces de repente todo se llenó de polvo negro y humo tóxico que oscureció las calles de la Capital Federal, donde los gritos de los heridos se combinaron con el sonido de las sirenas de los bomberos, médicos y rescatistas que llegaban a acudir prontamente al lugar del hecho.

El atentado dejó el saldo de 22 muertos (aunque también se habla extraoficialmente que en realidad eran 29 víctimas) y más de 200 heridos. Entre los fallecidos había varios diplomáticos israelíes, empleados, transeúntes que circulaban por el lugar y algunos religiosos que estaban dentro de la Iglesia San Marón, que estaba emplazada al frente de la Embajada. Aquel día también fallecieron albañiles y plomeros que estaban trabajando en el inmueble de la Embajada, que en ese momento una parte de ella estaba en refacciones.

 El antes y después del atentado a la Embajada de Israel.  

Ya a 33 años de este triste y lamentable suceso, hasta el día de hoy no hay imputados ni condenados en la causa, pese a que fue investigada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y organismos internacionales como el FBI y por el Mossad, la agencia de inteligencia de Israel. La Justicia de nuestro país no ha "podido" avanzar en la causa como debiera tratarse de un caso tan angustiante que conmocionó a todo el país.

La teoría principal que abonó a la causa según la Corte es que detrás del atentado estuvo el grupo terrorista que se denominaba Jihad Islámica, uno de los brazos armados del Hezbollah ("Partido de Dios"), el partido político y grupo paramilitar musulmán chií libanés.

Según estableció la Corte Suprema a fines de 1999, había sido un cargamento de pentrita y trinitrotolueno -acondicionada en la parte de atrás de una camioneta Ford F 100- lo que detonó en el edificio. El vehículo había estado detenido en el estacionamiento que la firma Dakota SA regenteaba en Cerrito entre Juncal y Arroyo. Sobre la hora de la explosión, la camioneta circuló por Arroyo y al llegar a la embajada, se subió a la vereda y explotó. "Era una escena de guerra", contaron más de una vez los rescatistas que llegaron hasta la zona y no entendían realmente qué había pasado.

Ésta era para la Corte una conclusión "lógica" de la cual se desprendía ese dictamen, por la participación de Argentina en la Guerra del Golfo de 1991, que el aquel entonces Presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem, había decidido enviar dos naves de guerra a esa región como apoyatura a Estados Unidos.

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Pero ese dictamen de la Corte Suprema ignoró un estudio que en 1996 había realizado la Academia Nacional de Ingeniería, donde se planteaba que la explosión se produjo por un artefacto ubicado en el interior de la embajada. Dicho análisis que realizó en aquel momento esta entidad, fue rechazado por las autoridades israelíes.

En 2006 otro dictamen de la máxima instancia del Poder Judicial indicaba que "se debe seguir adelante con la investigación", por la presentación del padre de una de las víctimas -Carlos Sussevich-, que, como parte de la querella, había solicitado que se declare el atentado como de crimen de lesa humanidad.

En 2010, el Mossad, afirmaba que ya no era necesaria ninguna investigación porque había eliminado a los autores.

En 2015, el expresidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, manifestó que el atentado a la Embajada "era cosa juzgada", basándose en ese dictamen del año 1999. Lo cual, en realidad, era falso porque a pesar de ese mismo dictamen (y precisamente por carecer de pruebas), en el mismo escrito los integrantes de aquella Corte, adujeron que era necesario "seguir con la investigación".

En abril de 2024, la Cámara Federal de Casación Penal de nuestro país declaró que Irán y Hezbolá estaban detrás del ataque, habiendo "organizado, planeado, financiado y ejecutado" el ataque.

Este tribunal implicó a una serie de antiguos y actuales políticos y militares iraníes, varios de los cuales tenían inmunidad diplomática en aquel momento. En la lista también nombraron a varios funcionarios argentinos por "manipular evidencia e intentar encubrir el crimen".

En octubre de 2024, la actual ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, identificó al cerebro detrás de los ataques como Hussein Ahmad Karaki, a quien nombró como el jefe de operaciones de Hezbollah en América Latina y responsable de múltiples ataques.

No obstante, este nombre ya había sido publicado en un informe de 41 páginas que realizó en 2022 el Mossad, que también fue refrendado en toda su extensión por el New York Times. Además, esta información se replicó en el libro 30 días, cuyo autor es Alejandro Rúa, quien fuera titular desde 2001 hasta 2005 de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA dependiente del Ministerio de Justicia.

Sin embargo, este informe de la Mossad no llegó oficialmente ni a la Corte Suprema ni a la Unidad Fiscal AMIA. Desde Cancillería se mandaron fotocopias, sin certificar, de manera que nunca se convirtió en información oficial del Estado de Israel.

Argentina había entrado al escenario del terrorismo mundial y dos años después, el 18 de julio de 1994, en un ataque con una metodología casi calcada, otra bomba terminaría con la sede de la AMIA y la vida de 85 personas.

Estas fueron las víctimas de aquel atentado:

Lezcano de Albarracín, Escorcina. Argentina. Alojada en el Hogar San Francisco de Asís.

Arlia de Eguía Seguí, Celia Haydee. Argentina. Alojada en el Hogar San Francisco de Asís.

Baldelomar Siles, Carlos. Albañil. Argentino de origen boliviano.

Ben Rafael, David Joel. Diplomático Israelí. Ministro Consejero de la Embajada. Casado con dos hijos.

Ben Zeev, Eli. Diplomático Israelí. Agregado de la Embajada. Casado con dos hijos.

Berenstein de Supaniky, Beatríz Mónica. Argentina. Casada con una hija. Empleada administrativa de la Embajada.

Brumana, Juan Carlos. Argentino. Presbítero de Mater Admirabilis.

Cacciato, Rubén Cayetano Juan. Argentino. Conductor del taxi Ford Falcon que circulaba por Arroyo.

Carmon, Eliora. Israelí. Esposa del Consejero y Cónsul Danny Carmon. Madre de 5 hijos. Empleada Administrativa de la Embajada.

Droblas, Marcela Judith. Argentina. Empleada administrativa de la Embajada. (Secretaria del Agregado Cultural, Rafael Eldad)

Elowson, Andrés. Argentino. Peatón

Lancieri Lonazzi, Miguel Angel. Uruguayo. Peatón.

Leguizamón Aníbal. Paraguayo. Plomero

Machado Castro, Alfredo Oscar. Argentino de origen boliviano. Albañil.

Machado Castro, Freddy Remberto. Boliviano. Albañil.

Mandaroni, Francisco. Italiano. Plomero.

Meyers, Francisca Eva Elisa. Argentina. Alojada en el Hogar San Francisco de Asís

Quarin, Alexis Alejandro. Argentino. Peatón

Saientz, Mirta. Argentina. Empleada administrativa de la Embajada. (Secretaria del Embajador, Dr. Izthak Shefi)

Sherman de Intraub, Raquel. Argentina. Empleada administrativa de la Embajada.

Susevich de Levinson, Liliana Graciela. Argentina. Empleada administrativa de la Embajada.

Zehavi, Zehava. Israelí. Empleada administrativa de la Embajada.

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