La trastienda del brote del dólar, juegos de seducción y el guiño de Trump

El dólar disparó su cotización, desatando un nuevo episodio en el conventillo económico del país dónde la calma es una rara avis y la especulación reina.

La trastienda del brote del dólar, juegos de seducción y el guiño de Trump

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

 En este conventillo los grandes temas de la política y la economía se mezclan con vecinos excéntricos, perros mágicos que administran el lugar y una saga de sucesos con límites difusos entre la ficción y la realidad. 

 Martes. 11:00 de la mañana. El frío partía las baldosas del conventillo. Los perros tomaban mate al lado de la estufa. El cielo gris parecía a punto de romperse. Un helecho yacía desvanecido y marrón, derrotado por hielo de la madrugada. 

El hijo falso de Néstor bajó al patio común a los gritos, con los brazos extendidos. "¡Se tira!, ¡se tira!" Desde la pieza 8, la rusa Bregman transmitía en vivo: "Está en modo brote otra vez".

Dólar es un tipo gordo y petiso. Hipertenso y diabético. Tiene los dedos hinchados, rojos,  cubiertos de anillos dorados que le frenan la circulación. Respira rápido y con dificultad. Tiene los ojos verdes, enrojecidos, el pelo blanco ralea en su cabeza y sale como champas de sus oídos. Pasa horas desparramado en una silla de plástico  jugando en el casino online. Es un personaje que genera fascinación, todos quieren acercarse pero nunca saben cuando es el momento. Suelen verlo afeitandose con navaja frente a un espejito rajado y deja flotando en el aire ese perfume dulzón y pegajoso de la crema de afeitar. A veces sale al pasillo y le dice "qué lindos tobillos,  Cristina"a su vecina que no se puede alejar mucho porque le suena la alarma. En otras ocasiones, aprovecha la ventana abierta de Karina y le tira avioncitos de papel amarillo que nunca se sabe si llegan a destino o se estrellan en un rincón.

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Dólar tiene esquizofrenia paranoide con tendencia a los episodios maníacos y esta mañana ha trepado al tanque de agua del conventillo vestido como William Wallace, con la cara pintada, los ojos ajenos y el grito sostenido de "¡Freeeeedom!".

Hacía rato no le ocurría, venía planchadito tomando la medicación. La explicación de su nuevo brote no es menor. Los perros le daban vueltas y vueltas a los números y decidieron cancelar y eliminar la Libreta Especulativa de Fiados (las LEFI), esas cuentas  donde los inquilinos del conventillo sacaban y pagaban intereses a los almacenes del barrio.

Ahora los almacenes andan pidiendo a los gritos una "ventana" para conseguir plata durante el día y devolverla a la tarde. Pero los perros les respondieron con un portazo y un sermón: "Organícense, que la época de ganar sin hacer nada ya pasó". Dólar, que tenía mucha calle, ya había empezado a hiperventilar. Este sistema era conocido. Si alguno de ellos no devolvía el dinero a tiempo, se le cobraría un interés más alto como castigo. La situación enfrentó a los almaceneros con los perros que tuvieron que subir la tasa de interés para financiarse. De una punta a la otra del conventillo se gritaban, se revoleaban bolsones de menudo de pollo de un lado, rollos de papel de imprimir del otro. La habitación del viejo timbero estaba al medio y la espuma empezó a subir. 

Ver: Las "súper tasas" no frenan la suba del dólar: a cuánto cotiza este viernes

Dólar salió hacia el pasillo con la bata abierta y el vientre derramado y desnudo. Atravesó el patio trasero y trepó por encima del Coupé Justicialista Sport de Cristina que era muy bonito pero no encontraban repuestos y no podían hacerlo arrancar. Fue escalando hasta llegar al tanque de agua y sacó una rara bandera argentina con la sigla de YPF en el medio y un sticker de Trump que pedía "respeto a la inmunidad soberana extranjera".

El Coupé Justicialista Sport lleva años tirado.

El barrio estuvo tenso unas cuantas horas con Dólar encaramado en las alturas. Sus novias, desde ambos lados de la medianera intervenían a su manera. Karina le rogaba que baje. Cristina, en el fondo, también, pero le hacía jueguitos de seducción para entrenerlo arriba un rato más y ganar tiempo mientras el hijo falso de Néstor aprovechaba el tumulto para tirarle W40 en la tobillera y sacársela. El plan era largar el Coupé Justicialista Sport en bajada para ver si agarraba envión y se escapaban. 

Los perros se rindieron y llamaron al vecino más extraño del conventillo. El oscuro doctor Fondo salió de su covacha elegante y habló aunque, como siempre, nadie entendió nada. Sin embargo,  un tono de buena onda hacía pensar que le daría el visto bueno a la primera revisión del programa que habían firmado con él en abril.

Finalmente le dijo a los perros que le inyectaran a Dólar una ampolla de clonetas de reserva para bajarle la tensión y de regalo les dejó unos pañales del PAMI tan finitos que los usaron para envolver huevos. El oscuro doctor Fondo volvió a encerrarse en su guarida.

Al final los mastines le prometieron a Cristina un streaming de expresidentes presos con Bolsonaro invitado a jugar carrera de embolsados y finalmente ella cedió para arreglar con Karina y juntas, como sirenas cantando, lograron que Dólar aceptara bajar un cambio. Pero la tensión seguía en el aire, los perros sabían que era solo una tensa tregua y que, a menos que el oscuro Doctor Fondo intercediera, el brote era inminente.