"Silo" sabe, cante: la macro, los farmers y el milagro de octubre

La decisión del Gobierno de aplicar retenciones cero a las exportaciones agropecuarias duró apenas tres días. Polémica en el sector rural, la silueta de Scott Bessent y mientras tanto, recital y biri biri para la tribuna.

"Silo" sabe, cante: la macro, los farmers y el milagro de octubre

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

En este conventillo los grandes temas de la política y la economía se mezclan con vecinos excéntricos, perros mágicos que administran el lugar y una saga de sucesos con límites difusos entre la ficción y la realidad.

Una línea de glitter iba cayendo de su valija, dejando un rastro alrededor de la fuente, como si fuese una escena de Hansel y Gretel almodovariana. Karina lo escoltó prudente hacia el cuarto de arriba, el mejor del conventillo porque tenía ventilación cruzada y el olor a comida ahí no se concentraba.

Todo estaba listo en el patio para el "Silo sabe cante", el concurso de canto y macroeconomía más importante del barrio. Durante un duro certamen los participantes irían descartándose hasta quedar un ganador que se llevaría una orden de compra por un año de milanesas de soja y un voucher para adoptar a un kirchnerista.

El jurado estrella era Scott Bessent, secretario del Tesoro de Trump y fuerte activista de la comunidad LGTB+. Con auspicio directo de los farmers norteamericanos, había desembarcado con la franquicia del concurso. La elección del conventillo como sede no era casual: detrás del brillo kitsch había una operación de lobby global . El chino de la vuelta se había comprado toda la soja del barrio, a tono con el cortorneo de las señoras del barrio que pedían sus batidos, sus hamburguesas, sus juguitos Ades para "llegar al verano".

A los farmers no les hizo ni media gracias y lo mandaron a Scott Bessent a meter presión al argentino: reponer las retenciones a la soja y, a cambio apoyo y plata fresca para octubre.

 Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Trump.

El "Silo" sabe cante  empezó a las 22 puntual. El primero fue José Luis Espert que interpretó  Like a Rolling Swap  pero expuso severos problemas con las notas altas y quedó descalificado; siguió Cristina con una candente interpretación de Every Breath You Tax al mejor estilo bossa nova con una inusitada pose seductora que acaloró a Karina, pero también recibió el pulgar abajo de Bessent porque consideraba que el peronismo erótico era letal para el apagón libidinal de su defendido.

Finalmente llegó la hora de la promesa del "Silo" sabe cante, el hombre sobre el que los farmers y el chino del barrio tenían puesta las expectativas. Con una campera gris clara entró al patio al mejor estilo Patrick Bateman en American Psycho y presentó una desangelada versión de Hip to be square de Huey Lewis and the News que le valió el título del campeón de la noche. 

Se fue airoso con su voucher de milanesas de soja, le dieron un muñeco Funko válido para adoptar a Máximo Kirchner y una pila de dólares jugosos para la campaña, pero al final fingió demencia y se la gastó en luces, brillos, bailarines, coristas y papel picado para su recital en el Movistar Arena. 

Bessent lo miraba entre condescendiente y satisfecho. Enfiló hacia Don Julio pensando en un bife de chorizo jugoso y mientras caminaba por avenida Guatemala en pleno Palermo, se sonrió al admitir que una milanesa de soja, no estaba tan mal.

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