Una semana marcada por intensa actividad en el Senado, el pliego de Lijo, el gusto a poco en la visita a EE.UU. y los aranceles inevitables.
Operativo MACA: freestyle en Puerto Madero y jueces caídos
Los mastines Milton, Murray, Robert y Lucas, bajo las órdenes de Conan "las Fuerzas del Cielo", conducen al Presidente en el entrevero que marca la agenda política.
El trader tuvo que rehabilitarse por su declaracionismo precoz y lo mandaron a hacer freestyle.
Todo comenzó con una batalla en Madero Center, donde tuvo sus días de gloria "La Rosadita" ante un jurado fruto de un algoritmo que desayuna ketamina y lee a Ayn Rand en braille. El tuitero , el trader y Natalia Denegri, esa criatura que nació de un zapping entre América TV y Black Mirror y ahora despunta la filantropía, fueron derribando a sus rivales, pibitos de monoblocks del conurbano.
Denegri, enfundada en un vestido bustier de lentejuelas biodegradables, dio el golpe de gracia tirando barras ante el "Malecón del Docke", un Rappi venezolano que rapeaba y jalaba de una bolsa. Ya no era la Denegri veinteañera del jarrón de Coppola. Perdió la batalla contra Google por el "derecho al olvido" y ahora hacía trabajo social. No era tampoco su primer encuentro con el tuitero. En enero, durante una gala en Washington, le entregó el premio "Campeón de la libertad económica". Ok, ahora los tres viajaban a recibir el galardón que otorgaba EE.UU.: una capibara de peluche llamada MACA que le dan a los que "vuelven a hacer a América limpia" derrotando a raperitos de economías emergentes.
Y así, el tridente voló a Mar-a-Lago. El tuitero iba con la ilusión de sellar su bromance con Trump. El trader buscaba dólares crocantes. Denegri, solo quería que la confundieran con Melania y la dejaran pasar al VIP del Apocalipsis.
Pero nada salió como esperaban.
La entrada fue un "Trump iceberg Wedge" con roquefort, uvas, tomate y panceta, después una carne fileteada con salsa bordalesa y de postre una degustación de chocolates. Pero el Presidente norteamericano no apareció por el salón de la "American Patriots". Y el argentino recibió su MACA pero lo que él necesitaba era la foto para sostener los 20 mil millones sobre los que el trader se había ido de boca y para que le froten Adermicina por los aranceles grow up.
Trump los ghosteó. Les hizo la gran "te juro que estoy saliendo" ¿El motivo oficial? Que el helicóptero se averió. Pero las cámaras lo captaron llegando horas después, cuando el tuitero ya estaba en el avión presidencial. Eso sí. Lo dejaron sacarse una foto con un cuadro.
Solo un plot twist de comedia negra. La foto con Trump fue como la foto con Conan.
Milei, y Natalia Denegri fueron distinguidos este jueves en la American Patriots Gala. Consiguió un premio de cuarta y volvió sin la foto con Trump pic.twitter.com/ALA9wWcGhG
— mavica (@mavica7) April 4, 2025
Para tapar el bochorno, el tuitero improvisó un discurso donde anunció que Argentina adaptará su legislación para no ofender al país que acababa de imponerle aranceles. Una especie de "nos pegás y encima te pedimos disculpas por dolerte la mano".
Mientras tanto, en Buenos Aires, el Senado decidía que el experimento institucional libertario ya olía a carne vencida. Rechazaron los pliegos de Lijo y García-Mansilla como quien le tira agua bendita a un Gremlin.
García-Mansilla, el juez de Schrödinger, ya había jurado por decreto y firmaba fallos como quien garabatea amenazas en la servilleta de un bar.
Lousteau lo fulminó en vivo: "Nos mintió tres veces. La Corte no es un call center del Ejecutivo".
Los asesores oficiales intentaron apagar el incendio tuiteando frases de autoayuda política.
Una senadora leyó todo su discurso. Le aplaudieron la dicción. El community de Caputo celebró hasta que se le escapó un "bueno, la cagó al final".
De fondo, Sturzenegger empezaba a sacar brillo a sus alas tecnocráticas. Y Denegri -la Denegri de la noche mágica, no la de los VHS judiciales- subía stories con filtro patriótico y música de Coldplay, posando con el premio Lion of Liberty como si acabara de salvar a Occidente del marxismo en pantuflas.
Cuando el Tango 01 despegó rumbo a Buenos Aires, la escena quedó grabada en la retina de todos los que saben leer entre líneas:
un presidente sin foto y un gabinete sin Corte. Literatura gótica con viáticos.



