La medida está alineada con el rechazo de las ideas libertarias a la Agenda 2030, que promueve el organismo.
Argentina se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
La Casa Rosada confirmó que Argentina no presentará su candidatura para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU). La decisión responde a la estrategia impulsada por el presidente Javier Milei de reducir la presencia del país en agencias multilaterales que, según su visión, no resultan prioritarias.
Aunque el Gobierno nunca lo había formalizado por canales oficiales, la postura comenzó a circular en ámbitos diplomáticos desde principios de año. La primera señal surgió en febrero, durante una sesión especial en Ginebra convocada por la crisis humanitaria en Congo. Allí, funcionarios de Cancillería instruyeron a la misión argentina a no inscribirse para competir por un asiento en el Consejo.
La confirmación llegó finalmente por tres fuentes gubernamentales citadas por Clarín, que señalaron que la decisión se transmitió primero al representante argentino ante la ONU, Francisco Tropepi, y luego a Carlos Foradori, encargado en la sede ginebrina del organismo.
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La relación del Gobierno con la ONU ya venía marcada por tensiones. El último informe del Consejo sobre Argentina expresó su "preocupación por el nombramiento temporal de dos jueces de la Corte Suprema mediante decreto presidencial", evitando la aprobación del Senado. La relatora Margaret Satterthwaite advirtió: "El Ejecutivo no está por encima de la ley". Desde la Casa Rosada replicaron que se trataba de una injerencia indebida.
En septiembre de 2024, Milei había expuesto su desconfianza hacia el organismo durante la apertura de la Asamblea General en Nueva York, cuando calificó a la ONU como un "leviatán de múltiples tentáculos" que impone una "agenda ideológica", en alusión a la Agenda 2030.
Un patrón de repliegue multilateral
La decisión se enmarca en una política más amplia de retraimiento en organismos internacionales. El Gobierno ha reducido las comitivas que participan de foros multilaterales y, en el caso más extremo, anunció su intención de retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2026.
Ese paso fue coordinado con Estados Unidos, donde la administración de Donald Trump había marcado el mismo rumbo. En una reunión reciente, el ministro de Salud Mario Lugones y su par estadounidense, Robert F. Kennedy Jr., justificaron la medida señalando que la gestión de la pandemia de COVID-19 por parte de la OMS mostró "deficiencias estructurales y operativas que socavaron la confianza global".
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