Antes de desempeñarse como jefe de Gabinete, Manuel Adorni inició una demanda laboral contra su exempleador por trabajo parcialmente no registrado y consiguió un acuerdo que hoy equivaldría a más de US$60.000.
Antes de la política, Adorni demandó laboralmente a una empresa
Manuel Adorni, actual jefe de Gabinete del Gobierno nacional, protagonizó años atrás una disputa judicial con su anterior empleador por irregularidades en su relación laboral. Según consta en el expediente, Adorni trabajó casi 15 años en Mapemfi S.A., concesionaria oficial de Renault, desde septiembre de 2002 hasta mediados de la década de 2010, y denunció que parte de su salario se pagaba "en negro".
En 2016, Adorni envió una carta documento a Mapemfi y otras empresas vinculadas -Centro Automotores S.A., Renault Argentina S.A. y Plan Rombo S.A.- señalando "faltas graves" que dificultaron continuar el vínculo laboral y reclamando la regularización de su situación. En ese telegrama, expresó que percibía una remuneración formal y una parte no registrada de aproximadamente $45.862,15, sin que se le reconocieran prestaciones como vacaciones o aguinaldo proporcionales.
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La demanda fue presentada formalmente ante el Juzgado Nacional del Trabajo N.º 66 en abril de 2017. Mapemfi y las demás compañías respondieron rechazando cualquier vínculo o responsabilidad solidaria, lo que llevó a varias audiencias sin acuerdo entre las partes. Con el paso de los meses, el reclamo siguió su curso hasta que, en septiembre de ese mismo año, Adorni desistió de la acción contra las empresas distintas de Mapemfi, dejando el litigio concentrado solo contra la concesionaria.
El conflicto terminó con una conciliación homologada por el juez. Mapemfi acordó pagarle a Adorni, "al solo efecto conciliatorio y sin reconocer hechos ni derecho alguno", un millón de pesos en concepto de indemnización por antigüedad. Distribuido en cuatro cuotas entre septiembre y diciembre de 2017, esa suma equivalía en ese momento a poco más de US$60.000 al tipo de cambio vigente.
En declaraciones posteriores, Adorni ha criticado la llamada "industria del juicio laboral" y defendido reformas para reducir la litigiosidad entre trabajadores y empleadores. Para él, un sistema con menos incentivos a los juicios favorecería la contratación y la confianza entre ambas partes.
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