El rechazo al veto a la Emergencia en Discapacidad dejó en evidencia al jefe de la tropa digital por un exabrupto hacia Luis Juez, generando un nuevo escándalo, horas antes de las elecciones en Buenos Aires. Las internas y la retórica del sexo como arma de ataque y defensa.
Libertarios que se "desconocen", onanistas y el "fuego amigo"
En este conventillo los grandes temas de la política y la economía se mezclan con vecinos excéntricos, perros mágicos que administran el lugar y una saga de sucesos con límites difusos entre la ficción y la realidad.
Karina le regaló un monopatín para que se mantuviera entretenido y dejara de pensar en sexo todo el día. Sabía que el Gordo Daniel estaba atravesando una fase de adolescencia tardía en plena adultez y por eso estaba todo el día meta tuitear y ver hentai. El tema los tenía preocupados. Cuando entraba en temporadas salvajes no tenía control sobre lo que decía y hacía. El sexo era un metalenguaje para atacar y defenderse.
Había intentado de todo: ponerle control parental en el teléfono, rezar, asustarlo sobre aquellos mitos de la ceguera y la autocomplacencia, pero nada funcionaba. El Presidente, Dan y el séquito duro que orbitaba alrededor de la lógica falocentrista comparaba al Estado con "un pedófilo en el jardín de infantes" y defendían la prostitución e incluso, era recordada la vez en que relató su experiencia con el tantra y el insólito mote de "vaca mala".
— DAN (@GordoDan_) September 5, 2025
El problema derivó en un fenómeno poco común: la combustión espontánea. Andaban todos tan calientes, que los incendios florecían. La ropa tendida, de repente ardía; las plantas; algunas ventanas, un pedazo de membrana. El caso más grave fue cuando el Gordo en un trance de verborragia onanista, mezcló en X su morbo con la parálisis cerebral de la hija de un amigo de la casa y le causó graves quemaduras.
Ver: En la previa a las elecciones, Milei envió un violento mensaje al periodismo
El primero que apareció con un balde de arena fue el viejo Francos que le pegó la primera piña y después se formaron en fila para golpera al Gordo manubrero. En algo tenía razón, el amigo que había sido blanco del exabrupto no era un gran padre. Eran conocidos sus dichos acerca de su ausencia en sus deberes paternales, cuya actividad se había limitado a pagar la cuota alimentaria de la chica que hoy tiene 24 años. Ahora, enarbolaba una bandera con intenciones de rédito cuestionables. En cualquier escenario, lo de Dan no admitía ninguna justificación. ¿Acaso nadie pensaba en la chica?
Lo que ocurre es que el viejo Francos era un bombero cansado. Venía apagando todos los fuegos cruzados y los ataques tuiteros. Esta vez dijo basta, tomó postura y fue el primero en ubicar al Gordo.
"Yo nada más le daba la cuota alimentaria, no estuve nunca presente como un papá. Mi hija jamás estuvo en mi cabeza".
— Titán (@Titanfdc) September 5, 2025
Esto es Luis Juez. Miren si nos vamos a dejar psicopatear por estos hijos de re mil putas. No vamos a ser el PRO. pic.twitter.com/ptxgDkaz8Z
Karina también agarró el matafuegos y roció a su amigo, le pasó Adermicida por las quemaduras, le pidió perdón y cuestionó las fucultades de Dan. Aseguró que "no era nadie". El tema es que era difícil ningunearlo. ¿Cómo hacerlo si tenía un canal de streaming y el Presidente le daba entrevistas?
Ver: Guillermo Francos "retó" al Gordo Dan por un tuit ofensivo a Luis Juez
En el fondo, saben que los episodios de combustión espontánea del Gordo no son casuales ni son pura lujuria púber. La tropa digital viene poniendo el cuerpo desde hace rato a los incendios internos: libra, los audios, el veto y están a mitad de camino entre cierto hartazgo y el desconcierto. En este corso que es el conventillo puertas adentro, era urgente buscar un punto de fuga, un espacio de descarga y allí lo fueron a buscar al amigo.
Karina barría sola los restos negros del hollín que había quedado pegado por todos lados. Manguereó el piso y solo consiguió que los residuos del fuego se arrinconaran un poco. Pensó en cuánto tardaría en disiparse del todo, si las manchas en las baldozas se irían o serían una marca que no se iría más.



