Con ministros y funcionarios de primera línea como candidatos, el presidente Javier Milei desginará nuevos cargos. Quiénes se irían, quienes suenan como reemplazantes y el posible retorno de otro ex ministro de Macri.
Tras las elecciones, los cambios que se vienen en el Gabinete de Milei
De cara a la segunda mitad de su mandato, el presidente Javier Milei se prepara para encarar una reconfiguración de su equipo de gobierno. Aunque el mandatario aseguró que esperará a conocer los resultados de las elecciones nacionales antes de definir nombres, varios cambios ya están en marcha, con salidas confirmadas y reemplazos en análisis.
"Voy a reacomodar el Gabinete para lograr los objetivos de las reformas de segunda generación", anticipó Milei en una entrevista reciente. Francos y Caputo buscan acomodar sus piezas en el nuevo tablero.
Los que se van
Tres integrantes del Gobierno dejarán sus cargos para asumir funciones legislativas. El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue electo legislador porteño; el ministro de Defensa, Luis Petri, ocupará una banca como diputado nacional por Mendoza; y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, asumirá como senadora por la Ciudad de Buenos Aires.
En Comunicación, Adorni será reemplazado por su actual segundo, Javier Lanari, quien evalúa incorporar a un periodista o especialista en medios para acompañarlo en la nueva gestión. Pese a su salida, Adorni mantiene el respaldo de Karina Milei, quien lo considera un hombre de confianza y no descarta su regreso a la administración nacional con un cargo de mayor jerarquía.
En Defensa, Petri deberá proponer un sucesor. Suenan con fuerza su jefa de Gabinete, Luciana Carrasco, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac, aunque algunos medios porteños advierten que este último "debería contar con un mayor presupuesto militar" para aceptar el cargo.
No se descarta que el ministerio quede en manos de una figura del PRO, como parte del acercamiento político entre Milei y Mauricio Macri. Además, un ex ministro de Macri, Guillermo Dietrich, habría sido propuesto por Guillermo Francos como una de las nuevas figuras para esta renovación.
Estos cargos son los que han generado más controversias entre Caputo y Francos de cara a la nueva configuración del Gabinete presidencial.
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Por su parte, Patricia Bullrich impulsaría como reemplazo en Seguridad a su actual secretaria, Alejandra Monteoliva, o al intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, ambos de su entorno más cercano. Desde Casa Rosada, sin embargo, estarían analizando una eventual fusión entre Seguridad y Justicia, lo que podría redefinir la estructura de ambas carteras.
¿Cambios en Justicia y Cancillería?
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, es otro de los nombres que suena para dejar el cargo tras meses de tensiones internas. Según señalan medios porteños, su continuidad parece poco probable y en su lugar podría asumir el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, o el actual secretario de Justicia, Sebastián Amerio, muy cercano al asesor presidencial Santiago Caputo.
En tanto, el canciller Gerardo Werthein habría manifestado su intención de dejar el Ministerio de Relaciones Exteriores si Caputo incrementa su poder dentro del Gobierno. En ese caso, la abogada Úrsula Basset, figura de confianza de Karina Milei, aparece como posible reemplazante.
Reacomodos internos
El presidente también evalúa una reconfiguración del Ministerio del Interior, encabezado actualmente por Lisandro Catalán, con el objetivo de fortalecer el vínculo con las provincias. En ese marco, se mencionan nombres de radicalismo y el PRO para integrar el futuro esquema político.
Mientras tanto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor presidencial Santiago Caputo mantienen una relación tensa por la distribución de poder dentro del Ejecutivo. Milei deberá definir cómo equilibrar ambas figuras, clave para el rumbo político del oficialismo.
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La Libertad Avanza llega a este recambio con expectativas más moderadas que meses atrás, pero con la convicción de que será necesario ampliar la base política para avanzar con las reformas estructurales "de segunda generación".
Los movimientos en el Gabinete buscarán consolidar un equipo más alineado a los objetivos de gestión y garantizar gobernabilidad en un Congreso donde el oficialismo, salvo que obtenga triunfos arrolladores y entable nuevas alianzas, deberá negociar cada voto.
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