Entre el campeón y la banda: todos los dólares de Caputo

La tensión de cara a octubre se siente y la semana económica marcó el pulso de la agenda, con un dólar que ya superó el techo de la banda y un gobierno que afirma que no hará cambios en el programa económico. En ese transitar, todos los dólares de la saga Milei - Caputo.

Entre el campeón y la banda: todos los dólares de Caputo

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

En este conventillo los grandes temas de la política y la economía se mezclan con vecinos excéntricos, perros mágicos que administran el lugar y una saga de sucesos con límites difusos entre la ficción y la realidad.

Escucharon el bufido de una bestia en la madrugada. El jaleo respiratorio de un animal caliente, el eco de un relámpago en la cripta bronquial del mamifero al saberse acorralado.

Las lucecitas amarillas se prendieron en las ventanas, algunas cortinas se corrieron. Todos se pusieron a mirar hacia el búfalo humanoide que deambulaba sin rumbo claro en el patio del conventillo. Un increíble Hulk pardo y desorientado. Tenía pelos negros, el cuero prístino, los musculos trapecios hipertróficos, los bíceps venosos, el abdomen largo, los tobillos exiguos.

Estaba atrapado, girando en círculos alrededor de la fuente, como quien se pierde en una rotonda. Cada vez más y más rápido. Hasta que los "alters" comenzaron a aparecer.

Los mastines sabían su condición desde el primer momento y se miraban de reojo mientras asistían al espectáculo sin intervenir. Toto era su barco insignia aunque callaban el secreto acerca de su rara condición. Una variable poco común del Síndrome de Personalidad Disociativa  permitía la existencia de múltiples personalidades en su ser, que fueron apareciendo una tras otra.

Toto, como Kevin Wendell Crumb en "Fragmentado".

El Dólar Campeón

Fue el primero en surgir. Toto se mostraba canchero, viril y hormonal. Los dientes se le veían blancos y el pelo abundante. Se desplazaba con un nuckle-walking, el característico andar que tienen los gorilas y se golpeaba el pecho de macho. Después, sacó de un bolsillo $1248 pesos y los revoleó por el aire. A sabiendas de que estaba siendo observado, miró a los vecinos que espiaban desde sus ventanas como un precario anfiteatro y les mostró un billete de un dólar mientras les gritaba, con la voz de Ricardo Fort: ¡No te lo pierdas, campeón! 

Ver: El dólar tuvo otra fuerte suba en el cierre de la semana

El Dólar flotador

Al personaje anabolizado del ganador se le apagó la mirada de repente y se desinfló como un globo sin aire. No alcanzó a desvanecerse del todo cuando surgió el siguiente "alter", la personalidad más psicodélica que habitaba en Toto: había llegado "Carlitox", había llegado el dólar flotador. "Hola, vine a flotar" repetía con la voz del personaje de Alejo y Valentina mientras rebotaba entre las bandas de sombra que proyectaban las sogas donde colgaban todos la ropa.

Ver: El Banco Central vendió USD 678 millones, récord en los últimos 6 años

El Dólar Banda

Los cambios de personalidad se sucedían sin cesar y había llegado el turno del más fiestero de los "alters". Trepó con inusitada agilidad al techo del altillo, justo donde se guardaban las reservas del conventillo y se puso a bailar la danza del limbo: deslizándose encorvado hacia atrás, como una araña, sin tocar con el pecho el cable de la luz hasta pasar al otro lado. La cornisa del altillo de las reservas tambaleaba, no era posible saber cuánto iba a aguantar, crujía y pequeñas piedritas caían al piso.

El Dólar Mártir

Cómo un flipper, las múltiples personalidades de Toto no tenían transiciones y así fue que pasó del high maníaco al bajón depresivo.

El dólar mártir, el último alter en aparecer, cayó arrodillado y luego comenzó a levantarse con dificultad, con una sábana sobre la espalda emulando el manto de San Expedito, el santo de las causas urgentes que resolvía el incendio del día y a la mañana siguiente, veremos. 

La incontinencia narrativa era la principal característica del Síndrome de Personalidad Disociativa de Todo. Esa liviandad verbal empezó a quedar desfasada. El dólar mayorista llegó a $1475,3, exactamente el techo de la banda cambiaria acordada. Para sostener ese nivel, el Banco Central pasó de meses sin intervenir a desembolsos crecientes: US$53 millones el miércoles y un salto a US$379 millones el jueves. El viernes volvió a vender "mucho": más de US$468.000 millones.

 En apenas tres meses, los "alters" de  Toto pasaron de reírse del atraso cambiario a atrincherarse en la promesa de defender la banda "hasta el último dólar". Sus intervenciones públicas, más que un estilo personal, se convirtieron en termómetro del impredecible plan económico que, tal como Toto, cambia de un momento a otro aunque se empeñen en lo contrario.