El animal se encuentra con un cuadro grave de desnutrición y los veterinarios trabajan a contrarreloj para salvar su vida.
Una yegua desnutrida fue rescatada por Pempa en El Algarrobal
En horas de la siesta de este martes 19 de agosto, un llamado al 911 alertó a la Policía Rural sobre una situación desesperante en la zona de El Algarrobal: una yegua estaba tirada en el suelo, debilitada, sin poder levantarse.
El animal había ingresado a una propiedad privada y, pese a que el hombre que la encontró intentó darle agua y ayudarla, nada podía hacer frente a su estado crítico.
Ante la gravedad, la organización Pempa fue convocada para intervenir. Yésica Valenzuela, referente de la Asociación Caballos Pempa, dialogó con el Post y relató lo sucedido.
"Cuando llegamos, la yegua no tenía fuerzas para ponerse de pie. Entre varias personas logramos subirla al tráiler y trasladarla hasta el refugio. Allí la esperaba el equipo de voluntarios y veterinarios, que inmediatamente trabajó para compensarla. Tuvimos que levantarla con un malacate, con todo el equipamiento que tenemos preparado para estos casos", explicó la referente.
La historia detrás del animal es, como tantas otras, de abandono y sufrimiento. Según la información con la que cuenta la organización, la yegua habría sido utilizada en carreras clandestinas y, tras lesionarse, fue descartada.
"Está extremadamente flaca, con un cuadro grave de desnutrición. Es enorme, una cruza de pura sangre o tal vez pura sangre en su totalidad, pero su tamaño juega en contra porque no tiene fuerzas para sostenerse", explicó Valenzuela.
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Además de la debilidad general, el animal presenta una lesión en la zona anal, posiblemente producto de los esfuerzos por intentar levantarse.
"Hay altas probabilidades de que tengamos que realizarle una cirugía, pero primero debemos estabilizarla para que pueda resistirla", señaló la referente de Pempa.
Por estas horas, la yegua se encuentra bajo vigilancia permanente. El equipo de voluntarios organiza guardias rotativas para monitorearla las 24 horas, brindándole alimento, hidratación y cuidados veterinarios.
Las primeras 48 horas son decisivas y, pese a la gravedad, hay un rayo de esperanza: "Ya empezó a comer y está en pie, que es lo más importante. Vamos un día a la vez", resumió Valenzuela.
El caso vuelve a poner sobre la mesa la problemática del maltrato y descarte de caballos en Mendoza, una realidad contra la que la Organización Pempa lucha a diario con trabajo, compromiso y mucho amor.
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