Si bien la condena debía ser perpetua, el tribunal consideró atenuantes excepcionales.
Mató a su padre en Guaymallén y le dieron sólo 10 años de prisión
Agustín Armendariz, un joven de 26 años y estudiante de Derecho, fue condenado a 10 años de prisión por haber asesinado a su padre en Guaymallén. Si bien el delito contemplaba una pena de prisión perpetua, la Justicia consideró circunstancias extraordinarias de atenuación vinculadas a su entorno familiar, lo que le permitió evitar la máxima condena.
Este martes, Armendariz confesó haber matado a su padre durante una audiencia realizada en el Polo Judicial Penal y fue condenado a 10 años de prisión tras un juicio abreviado, donde el juez homologó el acuerdo alcanzado entre la fiscalía y la defensa, quienes consideraron que existían circunstancias familiares excepcionales que justificaban una reducción de pena.
El crimen ocurrió el 4 de diciembre de 2024 en la vivienda familiar del barrio Pehuén. Según el expediente judicial, Agustín atacó a su padre con una pala en el patio de la casa, y luego dijo que el hombre había caído del techo. Sin embargo, las pericias revelaron múltiples lesiones incompatibles con una caída accidental. El arma utilizada y los rastros genéticos hallados confirmaron su responsabilidad en el hecho.
Durante la investigación se reconstruyó el complejo entorno familiar que rodeaba a Agustín. Su padre, Guillermo Armendariz, atravesaba un cuadro de depresión severa, mantenía conductas hostiles y era señalado por constantes episodios de maltrato y negligencia hacia sus hijos, en especial hacia una hija con síndrome de Down y leucemia.
El acuerdo entre la fiscalía y la defensa se concretó en un juicio abreviado donde se reconocieron estos factores como claves para aplicar una pena menor. El juez Leonardo Camacho homologó el acuerdo y dictó la sentencia, destacando el contexto de vulnerabilidad y la historia de abandono que rodeó al acusado.
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