Lauryn Licari fue víctima de un tormento digital que parecía provenir de desconocidos. La investigación reveló que detrás estaba su propia madre, en un episodio que todavía conmueve a Estados Unidos.
La mamá que acosó a su hija: el caso de Beal City que llegó a Netflix
Beal City, en Michigan, parecía un lugar donde nunca pasaba nada. Familias tradicionales, vecinos que se conocen entre sí y una vida escolar marcada por rutinas sencillas. Sin embargo, en octubre de 2020, la calma se rompió: Lauryn Licari, de 14 años, comenzó a recibir mensajes anónimos cargados de celos, insultos y amenazas.
Lo que al principio parecía un juego cruel de compañeros de secundaria se transformó en una pesadilla diaria, con entre 40 y 50 textos por jornada, muchos con contenido sexual y llamados al suicidio.
Sospechas, acusaciones y un callejón sin salida
La escuela y la policía local intervinieron. Incluso la propia madre de la adolescente, Kendra Licari, entrenadora del equipo femenino de básquet, se mostró activa en la búsqueda del responsable.
Entre las sospechosas, había una compañera llamada Khloe, que no tenía una buena relación con Lauryn. Por este motivo, tuvo que declarar ante la policía junto a sus padres.
Asimismo, otra persona sobre la cual recayeron dudas fue la prima de Owen, Adrianna. Si bien se descartó que ambas estuvieran detrás del acoso virtual, los señalamientos dejaron un gran impacto psicológico en ellas.
Si bien los investigadores de la policía local intentaron identificar el número de teléfono de la persona que enviaba los mensajes, el problema era que el acosador utilizaba aplicaciones para ocultar números temporales y aleatorios, además de usar redes privadas,, volviendo imposible la identificación. Fue necesario el ingreso del FBI luego de que el sheriff del condado de Isabella, Mike Main, solicitara su intervención, donde finalmente se halló un rastro digital sorprendente luego de dos años sin novedades.
El giro inesperado: la madre como acosadora
Las direcciones IP revelaron que los mensajes salían de los dispositivos de Kendra Licari. Con esta información, Main logró obtener una orden de secuestro para los celulares y computadoras de la sospechosa. Fue así cómo, en diciembre de 2022, la policía llegó a la casa de la familia Licari para iniciar el procedimiento y todo quedó registrado en un video de su cámara policial.
Durante el allanamiento, la entrenadora al principio negó todo lo que se le acusaba, pero poco después confesó. Había creado múltiples cuentas falsas y sostenido el acoso durante más de dos años contra su propia hija y el novio de Lauryn.
Tras ser detenida, fue imputada por acoso a menores y uso indebido de computadoras, se declaró culpable y recibió en abril de 2023 una pena de entre 19 meses y cinco años de prisión. Además, perdió la custodia de Lauryn ya que pasó a manos del padre de ella, Shawn Licari y se separó de Kandra. Asimismo, fue expulsada de puesto en la escuela.
Con respecto a cuáles fueron sus aberrantes motivaciones, la mujer reveló que sus acciones estaban relacionadas con traumas no resueltos de su juventud -incluido un episodio de abuso sexual- y con una necesidad constante de controlar la vida de su hija.
Algunos especialistas calificaron el caso como "una versión digital del síndrome de Munchausen por poder", en el que un adulto provoca sufrimiento en un menor para mantenerlo cerca y que dependa de él.
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Libertad condicional y un vínculo roto
Licari cumplió parte de la condena y fue liberada en agosto de 2024 bajo libertad condicional, con prohibición de acercarse a su hija hasta al menos 2026. "Estoy decepcionada de mí misma y quiero reparar el daño", dijo en una entrevista posterior, aunque la relación con Lauryn quedó prácticamente destruida.
La adolescente, hoy de 17 años, convive con su padre Shawn y proyecta estudiar criminología. "No sé si alguna vez podré confiar en ella otra vez", expresó respecto de su madre.
El caso en Netflix y la conmoción global
La historia inspiró el documental Unknown Number: The High School Catfish, estrenado en Netflix en agosto de 2025. La producción reconstruye la investigación y su resolución, además de mostrar la dualidad de Kendra: madre protectora en público, acosadora despiadada en privado.
El film incluye declaraciones inéditas de Lauryn, su padre y hasta de la propia Kendra, generando un debate en torno a salud mental, control parental y los peligros del ciberacoso intrafamiliar.
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