Una reclusa alojada en el pabellón de Diversidad Sexual fue acusada de violar a otra mujer trans detenida en el mismo sector. La versión del entorno.
Denuncia de abuso y pujas de poder entre presas trans de Almafuerte
Una mujer trans que cumple condena en el penal de Almafuerte está siendo investigada por presuntos abusos sexuales hacia otra interna. Fuentes allegadas aseguran que detrás del hecho hay una trama más compleja del uso de la identidad sexual de algunas reclusas para ejercer poder en los pabellones.
El caso que pone en foco la situación tiene como acusada a Pamela Yanet Gallos, de 44 años, con reiterados ingresos al sistema penitenciario por robos, extorsión y prostitución. Ahora, sumó una grave acusación a su expediente por abuso sexual con acceso carnal hacia otra detenida que cayó presa luego de incendiar una casa en Real del Padre, San Rafael.
Fuentes del caso aseguran que el cambio de identidad de género es parte de una maniobra armada por personas que habrían expresado un cambio en su autopercepción para obtener beneficios dentro de los pabellones de Diversidad Sexual.
Entre estas personas está la detenida trans que denunció a Pamela Gallos por violación. Esta persona ingresó al penal con nombre femenino y testigos aseguran que mantenía una relación afectiva con la presunta abusadora. Sin embargo, junto con otras presas, la denunciante habría pactado una maniobra para perjudicar a Gallos y sacarla de ese pabellón para quedarse con el control del lugar, según las mismas fuentes.
Según el relato, la acusación surge como parte de una suerte de conspiración entre varias internas "pesadas", entre ellas estaría la proxeneta Paloma León, conocida en el ambiente carcelario por su extenso historial delictivo y condenada en 2022 por explotación sexual, amenazas y agresiones.
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En cuánto a la denuncia contra Pamela Yanet Gallos, esta surge porque la presunta víctima pidió un habeas corpus ya que afirmaba haber sido víctima de reiterados ataques y extorsiones.
Por tal motivo, el fiscal Gonzalo Marzal imputó a Gallos por abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia, un delito que estipula una condena entre 8 y 20 años de cárcel. En una audiencia pactada para el día jueves se resolverá como continúa la situación procesal de la acusada.
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