Por ello, el juicio contra Matías Damián Silva Juárez, por el asesinato de Diego Céspedes en el barrio Solares de El Borbollón, fue declarado estancado y se realizará un nuevo debate.
Jurado sin veredicto unánime contra acusado de un crimen en El Borbollón
En la jornada de este jueves, el juicio por el crimen de Diego Céspedes, donde está acusado Matías Damián Silva Juárez, de 38 años, no logró un veredicto unánime por parte del jurado. Ante esta situación, el juez Eduardo Martearena declaró el juicio estanco y consultó a Fernando Guzzo, representante del Ministerio Público Fiscal, si mantendría la acusación. El jefe de Homicidios confirmó que sí, solicitando que el acusado continúe en prisión preventiva.
Por su parte, la defensa anticipó que pedirá que cese la prisión preventiva para Silva, proponiendo que espere el segundo juicio en libertad con restricciones y obligaciones correspondientes. El juez Martearena explicó que el segundo juicio se llevará a cabo de acuerdo a la agenda del Polo Judicial, y en caso de un nuevo estancamiento por falta de veredicto unánime, el acusado será absuelto.
Matías Damián Silva Juárez, un albañil que trabajaba para la víctima en el barrio Solares de El Borbollón, fue detenido con pruebas que lo vinculaban al homicidio de Céspedes. Enfrenta la acusación por homicidio agravado por alevosía en concurso ideal con criminis causa, lo que implica que habría cometido el asesinato para encubrir un robo, con una posible condena a prisión perpetua.
Durante el juicio se acusó a Silva por planificar el crimen al enterarse de una cantidad importante de dinero en poder de Céspedes. Tras el acto, donde se sustrajeron entre 1.000 y 1.500 dólares, fue capturado cerca del lugar con pertenencias de la víctima y posibles rastros de sangre. La investigación incluyó allanamientos que resultaron en el hallazgo de pruebas incriminatorias como prendas con sangre, cartuchos y armas de fuego.
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El crimen fue descubierto por un vecino discapacitado, quien encontró a Céspedes sin vida en su taller con graves fracturas en el cráneo, causadas con una polea de gran tamaño con rastros de sangre. La escena fue meticulosamente analizada por la Policía Científica, confirmando la brutalidad del crimen.



