Tras los alegatos finales, Franco Cuello, arriesga la pena máxima si es encontrado culpable del femicidio de su esposa, Valeria Ramírez.
El ex policía fue acusado de culpar a su hijo de 4 años del crimen de su mamá
Este viernes se realizaron los alegatos finales en el juicio por jurado que enfrenta Franco Cuello, de 32 años, único acusado por el femicidio de su esposa Valeria Ramírez en el barrio La Gloria en 2022.
Cuello, un ex policía que prestaba servicios en el GES (Grupo Especial de Seguridad) dio sus últimas palabras antes de recibir el veredicto y apuntó directamente contra el fiscal Fernando Guzzo, ya que durante el debate habría acusado a Cuello de tratar a su esposa como una "negra de mierda", tras esto el acusado desmintió que haya tratado a su mujer así y amenazó con denunciarlo si no presenta pruebas.
"Es una falta de respeto, nunca trate a mi mujer de "negra de mierda". Por un descuido mío, mi esposa ya no está", dijo Cuello.
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El debate
Guzzo fue el encargado de iniciar los alegatos de cierre y mantuvo la acusación contra Cuello asegurando que todas las pruebas presentadas por los peritos indican que fue él quién disparó contra la mujer de 26 años. Recordando que en un momento, Cuello acusó a su hijo de 4 años haber disparado.
Ante esto, el fiscal dio los argumentos de por qué el niño no podría haber disparado ya que no tenía restos de pólvora en sus manos, ni coincidía la altura del niño, con la trayectoria del disparo.
Además, el pequeño en todo momento aseguró que fue su papá quién mato a su mamá: "Mi papá estaba usando el arma y mató a mi mamá".
"En vez de proteger a su hijo, lo usó como escudo para pretender esconder el femicidio que cometió", añadió el fiscal.
Por último en el cierre, le describió al jurado que "en medio de discusión, cuando peleaban, le efectuó un disparo intencional a corta distancia y esa herida que finalmente le causó la muerte. Esto se trató de un femicidio".
En su alegato, el abogado Leonardo Pascón sostuvo que no hay pruebas de un femicidio y que lo ocurrido fue un accidente. Cuestionó los testimonios de la familia de la víctima, señaló irregularidades en la cadena de custodia y remarcó que el arma tenía ADN de varias personas pero ninguna huella. Además, criticó el uso de la declaración del hijo menor en un "contexto contaminado".
El defensor insistió en que Cuello no disparó y que la investigación policial fue deficiente. Su colega, Federico Yunes, sumó que el barrido electrónico para detectar pólvora fue mal realizado. Ambos pidieron un veredicto de no culpabilidad al no existir pruebas de intención ni discusión previa.
En caso de ser hallado culpable, Cuello arriesga una pena de prisión perpetua.
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