A través de su Área Operativa de Fraude Financiero y Mercado de Capitales, PROCELAC explica los pasos a seguir para chequear si una propuesta de inversión es un esquema piramidal.
Cómo saber si una inversión es legal en Argentina y evitar caer en un Ponzi
En medio del auge de las inversiones online y las criptomonedas, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) volvió a advertir sobre los riesgos de caer en esquemas Ponzi, donde se promete rentabilidad segura, rápida y sin riesgos. Una de las claves más simples es verificar si quien ofrece la inversión está registrado en la Comisión Nacional de Valores (CNV).
¿Por qué es tan importante esto? Porque en Argentina cualquier persona o empresa que intermedie en la compra y venta de acciones, bonos, fondos o incluso criptomonedas, debe estar autorizada por la CNV. Sin esa autorización, su actividad es ilegal.
Muchos fraudes financieros se disfrazan como oportunidades novedosas de inversión, especialmente en el ecosistema cripto. Pero si el intermediario no figura en los registros oficiales, lo más probable es que estés frente a una estafa, y muchas veces, a un esquema Ponzi.
¿Cómo verificar si están autorizados?
Se debe ingresar los datos a estos enlaces oficiales de la CNV:
Para inversiones tradicionales (acciones, bonos, fondos):
Registro de Agentes de Liquidación y Compensación (ALyC)
Para inversiones en criptomonedas u otros activos digitales:
Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV)
Si no aparece ahí, no es legal operar en Argentina.
La Comisión Nacional de Valores es la autoridad que lleva el registro de intermediarios para operar en el mercado bursátil con valores negociables y con criptoactivos.
¿Qué pasa si el intermediario está registrado en el exterior?
Otro dato clave: el registro en otros países no sirve para operar en Argentina. Aunque te digan que tienen licencia en Estados Unidos o Europa, eso no tiene validez local. Si ofrecen inversiones desde Argentina y no están registrados en la CNV, están fuera de la ley.
Ver: Cositorto y el pueblo de Mendoza que finge demencia



