El teléfono de Federico Scattareggi (49) realizó una operación en Mercado Pago luego de haber recibido un ataque brutal. El sospechoso ya venía pidiéndole dinero que devolvía con horas de trabajo, porque su pareja estaba embarazada y querían alquilar una vivienda.
El panchero fue asesinado y después "sacó un préstamo que transfirió" al acusado
Los investigadores descubrieron una pista muy importante para establecer el posible móvil del crimen de Federico Scattareggi (49), dueño de Gran Pancho. El sospechoso, Gastón Buenaventura, de 24 años, está detenido bajo la imputación de homicidio agravado por ensañamiento. El acusado trabajaba para la víctima en la panchería del barrio Trapiche y, como adelantó el POST, mantenía una deuda económica que iba saldando con horas de trabajo. Por esta vía transita ahora la Fiscalía de Homicidios para aproximarse a la hipótesis del asesinato, sobre todo al descubrir un préstamo que efectuó la víctima que terminó en una billetera virtual relacionada al acusado. Esta operación sucedió en los últimos minutos de vida del comerciante o en los primeros minutos de muerto.
Si bien para los investigadores el móvil de un crimen no es lo determinante, basta con ubicar a un asesino en la escena y probar su autoría, no significa que no interese la verdad completa de un hecho de sangre.
En cuanto al caso del homicidio de Scattareggi, fuentes judiciales le habían adelantado al POST que los familiares del sospechoso le habían dicho a los pesquisas de una deuda que mantenía con su empleador, la cual pagaba con trabajo. Esto es cierto, revelaron las mismas fuentes ligadas a la pesquisa. Sucede que la pareja de Buenaventura había quedado embarazada y el joven necesitaba más dinero para afrontar gastos y mudarse con ella a una casa que iban a alquilar.
El dueño del negocio iba adelantándole dinero a su empleado, pero al parecer, el domingo 25 por la noche hubo un pedido o exigencia por una suma mayor.
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Esa noche, el gastronómico había salido de su casa, de acuerdo al testimonio de su hermano, para cerrar el local alrededor de las 0.30. Esta hora es muy importante. Allí, en la panchería de calle Río Horcones al 800, estaba Gastón Buenavaentura y en ese mismo lugar, fue asesinado su jefe. Tenía 65 heridas de arma blanca en todo el cuerpo, la mayoría en la espalda; y las que le ocasionaron la muerte en la región torácica fueron tres. El cadáver fue hallado en el baño en un baño de sangre, mientras que el sospechoso fue arrestado el martes por la mañana. Le encontraron prendas con manchas hemáticas, en una zapatilla y en un papel tissue. Además, encontraron el celular de Scattareggi en un zajón cerca del negocio, por lo cual no se le pudo imputar al sospechoso un homicidio en ocasión de robo, porque se llevó el teléfono y lo tiró.
Pero el celular de la víctima juega un rol fundamental en la investigación. La fiscal Florencia Díaz Peralta solicitó examinar el móvil de Federico Scattareggi y fue autorizada para extraer datos de prueba para la causa. Una fuente vinculada a la investigación le confió al POST que verificaron que "a las 0.30 (ya del lunes) fue solicitado un préstamo de $4.000.000 en Mercado Pago" y ese dinero fue transferido "a una billetera vinculada al imputado". Esa vinculación a la que hace referencia la fuente sería la cuenta de un familiar o de la pareja del joven, pero no fue precisado este dato. Como sea, Buenaventura iba encontrarse con ese dinero.
En principio, en el momento de cerrar el local se habría producido una discusión por más dinero, a la cual se habría negado Scattareggi y esto habría desencadenado el brutal ataque.
En cuanto a la hora del ataque, aún no fue determinado por el Cuerpo Médico Forense, pero se estima que fue entre las 0.30 y las 2, porque a las 0 una testigo declaró que fue a buscar una pizza.
Esta pista pondrá de relieve si los $4.000.000 fueron pedidos a Mercado Pago y transferidos cuando el dueño de Gran Pancho estaba vivo o ya había sido asesinado. La fuente consultada por el POST conjeturó que esas operaciones se habrían hecho "cuando la víctima ya estaba muerta o agonizando", descartando, sin decirlo, que haya tenido la voluntad de pedir dinero y dárselo a su empleado.
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