Los restos fueron hallados en mayo y finalmente el ADN reveló su identidad. De quién se trata.
Identificaron al joven enterrado en la casa donde vivió Cerati
El hallazgo de restos humanos en una propiedad del barrio porteño de Coghlan sacudió a la opinión pública en las últimas semanas, no solo por la crudeza de los detalles, sino también porque la vivienda fue habitada años atrás por el músico Gustavo Cerati. El descubrimiento ocurrió el 20 de mayo de 2025, cuando obreros que trabajaban en una obra sobre la avenida Congreso al 3700 detectaron fragmentos óseos al derrumbarse parte del terreno lindero a la construcción. La obra fue suspendida y la Policía de la Ciudad inició un operativo de urgencia en la zona. En las últimas horas fue identificado el cuerpo.
Las primeras pericias forenses determinaron que los restos pertenecen a un varón adolescente, de entre 15 y 19 años, que habría fallecido de manera violenta. Se detectó una herida punzante en el tórax, entre la cuarta y quinta costilla, compatible con una puñalada, y marcas de cortes en el fémur izquierdo, lo que sugiere un intento de desmembramiento. La fosa donde estaba enterrado era precaria: de poco más de un metro de largo por 60 centímetros de ancho, y apenas 40 centímetros de profundidad, lo que indica que fue una sepultura improvisada y apresurada.
Entre los objetos encontrados junto al cuerpo había un reloj Casio con calculadora, un llavero con una llave de color naranja, una moneda japonesa de cinco yenes, un corbatín escolar azul y restos de una suela de zapato. Estos elementos permitieron a los peritos establecer que la muerte habría ocurrido durante la década del 80. La deteriorada conservación de la ropa y la datación ósea apuntaban a un enterramiento de al menos 40 años.
Quién era el joven
Semanas después del hallazgo, las pruebas de ADN permitieron identificar a la víctima como Diego, un joven de 16 años que desapareció el 26 de julio de 1984, cuando se dirigía a visitar a un amigo. Sus familiares nunca dejaron de buscarlo, y el cotejo genético finalmente confirmó que los restos correspondían al adolescente, cerrando así un capítulo doloroso que se mantuvo abierto por más de cuatro décadas.
La propiedad en la que fueron hallados los restos tiene una historia compleja: en distintas épocas funcionó como geriátrico, capilla y espacio cultural. Fue adquirida en los años noventa por la artista Marina Olmi, quien en los primeros años del 2000 se la alquiló a Gustavo Cerati. Actualmente, la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional N.º 61 trabaja en la reconstrucción de los hechos, investigando a antiguos propietarios y habitantes del inmueble en la década de 1980. Aunque no existen vínculos entre Cerati y el caso, el impacto mediático de la noticia ha reavivado el interés por esclarecer este crimen, que había quedado sepultado en la memoria barrial.



