Dos alumnos le dijeron a sus padres que fueron víctimas de ultrajes. En uno de los establecimientos hubo una manifestación por el celador que habría abusado de un nene de 6 años.
Dos escuelas de Guaymallén envueltas en denuncias de abusos sexuales
En Guaymallén, dos instituciones educativas quedaron bajo el foco de la Justicia tras denuncias por presuntos casos de abuso sexual contra menores en sus jardines de infantes. Ambos hechos, que están siendo investigados por la fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual, María de las Mercedes Moya, involucran a un docente y un celador como posibles responsables.
La primera denuncia provino de los padres de un niño que asiste al Jardín Tomasito, perteneciente al Colegio Tomás Alva Edison. Según la presentación judicial, el niño habría sido víctima de abuso sexual por parte de un profesor que trabaja en la institución, aunque no de manera diaria, ya que está a cargo de una materia específica.
El docente acusado fue detenido y trasladado a una comisaría, donde permanece bajo custodia mientras se analizan las pruebas recolectadas. Entre las medidas dispuestas por la fiscal Moya se incluyen peritajes y la toma de declaraciones para avanzar en la causa.
Desde el colegio se emitió un comunicado interno dirigido a las familias de los alumnos, en el que se informó sobre la existencia de una investigación judicial en curso y se destacó que la causa se encuentra bajo secreto de sumario. Además, la institución aseguró haber implementado medidas de resguardo para garantizar la continuidad de las actividades escolares y la protección de los estudiantes.
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El segundo hecho denunciado ocurrió en la escuela N° 1-586 José Cartellone, ubicada en el distrito de El Bermejo. La madre de un niño de 6 años fue contactada por personal del establecimiento para que retirara a su hijo, quien se había orinado durante la mañana.
De acuerdo con la denuncia, la mujer llevó al niño a casa y, al bañarlo, observó posibles signos de abuso sexual en su cuerpo, además de haber encontrado un fluido sospechoso en su ropa interior. Al intentar hablar con el menor, este rompió en llanto y se negó a relatar lo sucedido.
La madre regresó al establecimiento con las prendas como evidencia y pidió explicaciones a las autoridades escolares, lo que generó momentos de tensión en la institución. Ante esta situación, se dio aviso al 911, y la policía procedió al secuestro de las prendas para su análisis.
En este caso, las sospechas preliminares apuntan a un celador que trabaja en la escuela, aunque hasta el momento no se ha identificado formalmente a un responsable.
Ambos casos están siendo investigados por la misma fiscal, quien continúa recolectando pruebas y testimonios para determinar responsabilidades. Por el momento, las autoridades judiciales han solicitado cautela mientras avanzan las pericias.
La comunidad educativa de ambas instituciones permanece a la espera de novedades en relación con los hechos denunciados.



