Justicia sin privilegios

El diputado nacional Facundo Correa Llano reflexiona sobre el fallo histórico a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Justicia sin privilegios

Por:Facundo Correa Llano
Diputado nacional

 Tras años de investigación, revisión en todas las instancias judiciales y respetando cada una de las garantías del debido proceso, esta semana la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha confirmado finalmente la condena penal contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Se trata de un fallo histórico que ratifica la solidez del trabajo de la Justicia y confirma lo que una porción importante de la ciudadanía esperaba: que nadie, incluso quien haya ocupado los lugares más altos del Estado, esté por encima de la ley.

Este fallo no solo establece de manera concluyente la responsabilidad penal de la ex presidenta en hechos de corrupción durante su gobierno, sino que también desarma por completo el relato del "pacto de impunidad" con el que algunos sectores intentaron desacreditar a la Justicia y al Gobierno Nacional. Lejos de proteger a alguien, y ajena a cualquier tipo de injerencia política, la Justicia ha demostrado que actúa con independencia, incluso contra quienes, durante años, se creyeron impunes.

Desde mi lugar celebro este hito institucional como una señal de madurez democrática y de fortaleza de nuestras instituciones, que durante mucho tiempo estuvieron profundamente debilitadas. Este hecho refuerza los pilares de nuestra vida democrática: la división de poderes y la igualdad ante la ley, sin excepciones ni privilegios. Cristina Fernández de Kirchner, ha sido condenada, y no por sus ideas, sino por delitos acreditados con pruebas firmes, en un proceso válido por jueces independientes.

La democracia se fortalece cuando la Justicia actúa sin presiones ni privilegios. Nadie está por encima de la ley. Sin dudas, se ha dado un paso clave para cerrar una etapa de impunidad, y para mirar hacia el futuro con la convicción de que en la Argentina, quien comete un delito debe rendir cuentas, sin importar su nombre o su historia.

Estamos construyendo un país donde las reglas se cumplen: quien comete un delito debe responder por sus actos. Ya no hay lugar para la impunidad ni para quienes se enriquecen a costa del esfuerzo de los trabajadores.