Estamos hablando de guiso de un alto guiso, todos y todas en fila esperando su plato, estudiantes profes personal de apoyo sindicatos centros de estudiantes. Helaba la mañana por el viento y más a la sombra, igual el sol, igual el verde del camposanto donde están: la memoria de nuestros desaparecidos y la esperanza de miles que caminan el predio. Un lindo predio. Igual el contraste, igual la des-felicidad de los cajeros automáticos, papelero y guardia. La obra social donde todos y todas nos encontramos por los remedios. No hay remedio, en la farmacia no está el remedio. La noche trajo la nieve, el viento mecía la cuna quieta desde años, la universidad hoy está de pie defendida por sus estudiantes y docentes. La angustia que nos generan se transforma en lucha y empoderamiento. El país es cada sitio donde uno se para y está, por más noticias uniformes la calle y el relacionamiento genera otras: carteles, banderas, cantos; eso...cantos. Y el canto de boca en boca, como en los túneles: el eco, el eco que rebota en la montaña y envuelve, autoridades temblando, nada para festejar, fruncidos. Esta vez la cosa va en serio. Por decisión unánime más de 500 estudiantes reunidos en asamblea tomó el Rectorado de la Uncuyo. Los cantos de otras tomas llegaban de Córdoba, San Luis, Mar del Plata, La Pampa, Río Negro, Rosario, Entre Ríos. Se escuchaban los ecos de los Institutos de Educación Superior provinciales (a los cuales quieren exterminar) en asambleas. Se toma el terciario del Normal y el gobierno provincial mete macrismo explícito: fiscal, tres matones y luego...la policía. El dueño de la DGE -a lo Bullrich-. Los pibes y las pibas resistiendo ahí una orden de desalojo para las 23 del viernes por la noche. Cuando llegaron los del Far West era un mar de gente, solidaridad con los que menos. El subsuelo educativo empezó a temblar. En Plaza de Mayo otros cantos, 80 clases públicas, la plaza del pueblo era educación en lucha a cielo abierto. Todos los cantos juntos en la clandestinidad de las noticias de ellos. Córdoba infernal, donde la Reforma, donde el Cordobazo, donde sabemos cuando Córdoba es calle y recuerdo de la vieja Cañada estoica. Ay este lunes! Parece que el subsuelo no da más y quiere adelantar la primavera: estudiantazo en Mendoza y una semana a puro ardor. Cuerpo ardor, cuerpo fatiga, cuerpo cuerpo, el subsuelo va poniendo a disposición del pueblo "su" cuerpo. Esa es la entrega cuando el peligro es real y no virtual. Juanita se levanta y me pregunta por la muerte. Concretamente me dice ¿por qué nos tenemos que morir? Lo dijo con angustia, tiene apenas 5 años y quería saber. Yo tampoco conozco la respuesta, tal vez lo relatado anteriormente...tal vez, pero yo algo le tenía que decir como padre. "somos como las estrellas, las plantas, los animales, los pájaros. Nacemos, tratamos de ser felices y luego no importa...la muerte no importa, somos como los pájaros mi amor". La abracé y nos fuimos al sol de la mañana de sábado. Quedan unas bananas y unas naranjas. Los libros y su polvo, las meditaciones pascalianas. Queda mucho, falta menos. El circo da funciones gratuitas de lunes a lunes. Es entretenido porque es otro tipo de circo. Es un circo de terror donde unos tipos de traje cantan "quiero flan quiero flan, flan flan flan". Es el circo de la vergüenza y la venganza. Y como es de lunes a lunes el subsuelo se aburre de los nervios. Con esa justicia del circo la población no come, no se educa, no vive en paz. A las tarifas en el circo las pagamos todos, además de la nuestras. Es un circo donde no se celebra la alegría ni la felicidad, se celebra el dolor del otro. Algo así como El teatro de la sorna. En nombre de quién sacrificarse. Los intestinos, el hígado, la tráquea, el páncreas, el recto. El cuerpo comprometido. El sueño comprometido. La palabra comprometida.



