El pañuelo verde se usa desde hace muchos años, pero al principio era un símbolo que solo algunas usaban y entendían. Eran juzgadas y muchas veces tenían miedo de expresar su lucha. Hoy por la calle, adolescentes, adultas, jóvenes, lo llevan orgullosas en sus mochilas, sus carteras y muñecas. A la hora de la lucha se lo ponen en el cuello, se miran entre ellas, se lo atan en la cabeza y hasta algunas en el pecho y lo usan de remera.
"Ya no estamos solas"
Los vimos en las bancas de las diputadas y los diputados que defendieron la ley de interrupción voluntaria de embarazo que presentó la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito.
Las anécdotas usando el pañuelo verde en la calle son diversas. La intolerancia social hacia un reclamo histórico de las mujeres por decidir ha generado algunas situaciones tensas. Este fue el caso de una mendocina que relató su experiencia al Post: “Fui al shopping, llevaba el pañuelo en la cartera y me senté a tomar un café. Había una señora grande que estaba con su hijo discapacitado, su pareja y su mamá y me miraban como diciendo, ‘por favor que se vaya de este local’. Después vino la moza, me miró, se rió y me dijo ‘que sea ley’. Me sentí muy acompañada”.
También hay una misión social de quienes defendemos esta causa. En las escuelas, por ejemplo: “Yo soy docente, caigo con el pañuelo a una escuela y se me acerca una alumna y me dice: ‘profesora, no lo puedo creer, usted también está a favor de la muerte’ y yo me quedé helada y le dije: ‘Ahora vamos a charlar, no es tan simple lo que estás diciendo’ y la chica se ofendió, no me habló en toda la clase y recién pudimos conversar al final de la clase casi cuando estaba terminando el horario escolar. De a poco fue preguntando, no sé si entendiendo porque para quien está en otra posición es difícil y esta semana volvimos a charlar y estamos estableciendo un diálogo”.
Pero también hay experiencias positivas, en las que sentimos que somos muchas, que todas entendemos: “El otro día iba con el pañuelo colgado de la mochila en la bici y dos pibas de 15 años se escucha que dicen: ‘mirá, mirá, tiene el pañuelo también, ¡qué bueno!’, me saludaban, no sé ni quiénes eran”.
En las redes muchas publicaron sus experiencias en la calle con los pañuelos:
Comenzó a increparnos por tener el pañuelo del aborto, por sentarnos en un banco cerca de donde estaba el, tomense el trabajo por favor de ver todos los vídeos. AL MACHO ESCRACHO, DIFUNDAN POR FAVOR!!! pic.twitter.com/FfYTi8QzOL
Mi hija subió en el kilómetro 29 al 86 semirápido, una mujer la empezó a hostigar por llevar su pañuelo verde. Pero en Laferrere subieron otras chicas y ahora viajan todas juntas. pic.twitter.com/n9dIZdmUZX
Llevo el pañuelo verde a la vista. Hoy al mediodía saliendo de la estación Agüero me insultó un señor y caminando por Austria otro se acercó para hacerme fuck you. No nos van a asustar. No les estamos pidiendo permiso.
Un saludo al par de colectiveros que ayer no quisieron dejar subir al grupo de mi hija menor que iban a la plaza y les dijeron pelotudeces por llevar el pañuelo verde. En el largo plazo estás en extinción, amigo.
— #14JAbortoLegal %uD83D%uDC26%uD83D%uDC9A (@PorAbortoLegal) 15 de junio de 2018
Una crónica con panza
Maria José Fernández está embarazada y lleva orgullosa su pañuelo: “Termina el pañuelazo de las comunicadoras. Finalmente pudimos encontrarnos con mis colegas. La emoción a flor de piel por el reencuentro. Estaban mis compañeras de cursado, las generaciones jóvenes (y sus convicciones) y muchas de las mujeres que me llevaron a elegir mi carrera también peleando por lo mismo que yo. Admiración profunda, nada nos diferenciaba. Me vi parada y contenida, disfrutando de todo, pero en especial de mi panza, tuve la suerte de elegir ser mamá con total libertad y deseo.
Estoy Cursando mi séptimo mes de embarazo y siento que todas mis luchas se intensificaron. Las cosas pueden cambiar, se lo estaba transmitiendo. Estamos peleando por quienes no tienen voz o por las que no tuvieron la opción que tuve yo “ELEGIR”. Que placer vivir en una sociedad que paulatinamente va saliendo de la quietud para obtener derechos.
Foto: María José Thomatis
Termina el encuentro; sonrisa dibujada me tomo el colectivo de vuelta, ‘realidad ideal’. Inmediatamente me interceptan dos mujeres de mi edad aproximadamente a dos pasos de subirme. Me empiezan a gritar ‘desubicada’, ‘loca’, ‘ya no saben que mierda hacer para llamar la atención’, ‘no se lo merece’ y muchas cosas más que empiezo a sentir difusas (por su proximidad, por su tono violento, por miedo y por no esperar que me suceda una situación semejante de violencia verbal luego de lo vivido). Inmediatamente agarré mi teléfono un poco asustada porque no dejaban de hablarme.
Le escribí a dos de mis amigas que son grandes referentes para mí en esta lucha. Me dijeron ‘llevas tu pañuelo, lo sienten como una provocación, quedate tranquila es un gran cambio y nos va a llevar tiempo’. Claro, ellas veían contradictorio que yo suba a ese micro embarazada y de pañuelo verde. Era una provocación, claro. ‘Ella lo siente, sabe que hay vida’. Eran las voces de una sociedad que me gritaba por pensar distinto. Empecé a relajarme pensando en lo que había vivido minutos antes, y en lo que me decían mis amigas por whatsapp. Me concentré en eso. Sentí que estaba luchando del lado correcto. Justamente estábamos peleando por la libertad de acción, de elección, por nuestros cuerpos y de las demás también. Nunca me impondría violentamente sobre lo que piensa otra mujer. Del otro lado si se replicaba lo naturalizado e impuesto durante siglos ‘vos no podes pensar así, no podes andar así, no podés elegir, si abriste la piernas bancatela, no podes manifestarte públicamente’.
Volví a pensar en los medios de comunicación y recordé los titulares que nos tildaban de violentas quizá por el simple hecho de mostrar las tetas. La violencia viene por otro lado… violencia es no poder elegir ni respetar las voluntades ajenas.
Estaremos esperando a las que están deconstruyendo lo impuesto. Ya no estamos solas.
En el fondo las termine entendiendo, era miedo lo que ellas también tenían. Como me pasó a mi cuando me bajaron de un ‘hondazo’ de la realidad de la que venía.
En cada esquina habrá un abrazo sororo y eso es lo más importante”.
La provincia se convirtió en miembro institucional de la Red Iberoamericana de Destinos Turísticos Inteligentes, consolidando su estrategia en el sector, basada en "innovación, sostenibilidad y cooperación regional".
Se venden en kioscos con colores y sabores llamativos, pero contienen nicotina en altas dosis. Especialistas advierten por su impacto en la salud y su llegada a adolescentes.