México 1986, la última gesta argentina que abrió las puertas de la gloria

México 1986, la última gesta argentina que abrió las puertas de la gloria

Por: Mendoza Post

Echar un vistazo al pasado más glorioso de la Argentina en los mundiales y enfocar la mirada en México 1986 resulta inevitable en momentos como éste, cuando se renueva la esperanza de volver a gritar "¡campeón!", en Rusia 2018.

De la mano de Diego Maradona, la Selección logró el título fuera del país, tras su consagración en 1978 jugando en casa, con un fútbol tan efectivo y contundente que despertó admiración hasta en aquellos críticos a este proceso, que había iniciado un par de años antes Carlos Bilardo.

Maradona frotó la lámpara y se erigió como el "más grande de todos los tiempos", con goles que fueron vitales para ganar partidos complicados como frente a Inglaterra, país al que le marcó un tanto con una mano de la que aún muchos dudan y otra conquista antológica que quedará por siempre grabada en la memoria del mundo, luego de la genial apilada del "Diez".

El astro venía de un fracaso en España 1982 y todos los ojos apuntaban hacia él, ya que no le iban a tolerar otro opaco desempeño. Sin embargo, "Pelusa" no defraudó y se destacó como el mejor jugador del certamen.

Para entusiasmarse: en una situación similar llegará Lionel Messi a este campeonato en Sudáfrica, ya que en su primer Mundial no pudo demostrar prácticamente nada del talento que lo llevó a consagrarse en el Barcelona y desde el proceso de las pasadas Eliminatorias viene arrastrando varios cuestionamientos que a sus 22 años le provocan una gran presión.

Es por eso que Maradona le dará la misma libertad que recibió él apenas asumió Bilardo, para que se consagre como el mejor del mundo a nivel selección, uno de los pocos títulos que le faltan al rosarino.

En el Mundial de México 1986 Argentina debutó con Corea del Sur –uno de los rivales también en Sudáfrica 2010- y lo venció 3 a 1, con dos goles de Jorge Valdano y uno de Oscar Ruggeri, un resultado que le permitió ganar en confianza y respaldo ante tanta crítica externa dando vuelta.

Luego llegó el empate con Italia, con un tanto de Diego tan extraño como punzante y gustoso ante uno de los eternos fantasmas del elenco nacional en los mundiales. Para cerrar el grupo derrotó por 2 a 0 a Bulgaria, con tantos de Valdano y Jorge Burruchaga, y el equipo se clasificó primero.

En octavos de final llegó la primera prueba difícil, ya que perder significaba regresar a Buenos Aires. Pero Argentina ya había ganado en fortaleza y con gol de Pedro Pasculli superó por 1 a 0 al Uruguay de Enzo Francéscoli, Jorge Da Silva, Rubén Paz y otras figuras "charrúas".

En Cuartos de Final llegó el triunfo con gusto a revancha frente a Inglaterra por 2 a 1, con dos tantos de Maradona, el primer con la mano, pero el segundo eludiendo a cinco rivales incluido el arquero Peter Shilton, como para no dejar dudas que los ingleses enfrentaban al más grande.

En semifinales dejó fuera a Bélgica, la revelación del torneo, con dos implacables conquistas del "Diez", y en la final lo esperaba la Alemania de Karl Heinz Rummenigge, Harald Schumacher, Lothar Matthäus, Rudi Völler, bajo el ala del "Kaiser" Franz Beckenbauer.

Pero el elenco nacional no se amilanó y se puso en ventaja 2-0, por intermedio de José Luis Brown y Valdano.

Más allá que en pocos instantes Alemania igualó las cosas 2- 2, los dirigidos por Bilardo fueron a buscar la victoria y con ella la gloria, que llegó finalmente tras un pase en profundidad de Diego para la eterna e inacabable corrida de Burruchaga, que ante la salida de Schumacher tocó el balón en forma sutil para el segundo festejo argentino en los mundiales.