La provincia que supo liderar el sector en el país, quedó fuera del podio en ese ranking y tiene posibilidades de seguir cayendo.
Mendoza, en el cuarto lugar en la producción de aceite de oliva
La provincia de Mendoza, que supo liderar la industria en los años ’90, está en el cuarto lugar entre las productoras de aceite de oliva en Argentina, se ubica detrás de San Juan, La Rioja y Catamarca.
La caída se debe a varios factores económicos y sociales que llevaron a que se reduzca en un número importante la producción.
El presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza, Luis Mansur, explicó: “Con suerte nos quedan unas 13.500 hectáreas, las mismas que cuando comenzó el desarrollo de la actividad, después de haber alcanzado las 19.000”.
“Tenemos precios nacionales pero gastos nacionales. Mejoró el panorama con la suba del dólar de las últimas semanas, pero el llamado ‘costo argentino’ lo absorbió. Esa pequeña ventaja que podríamos haber recuperado, ya la perdimos de antemano por la presión fiscal que tiene toda la cadena”, agregó a Infobae.
“Somos electro dependientes. Dependemos del uso de bombas para riego. El 33% de la tarifa eléctrica está compuesta de tasas, estamos perdiendo los subsidios en el riego agrícola que permitía una tarifa especial en el sector rural”, sentenció.
El crecimiento que ha mantenido la ciudad de Mendoza ha hecho que las zonas urbanas se expandan. La falta de rentabilidad en la actividad olivícola hace que los productores comercialicen sus tierras para desarrollos inmobiliarios, ya que esas tierras están ubicadas en zonas ideales, a una distancia media de la ciudad pero con un fácil acceso a este.
Gabriel Guardia, especialista en aceite de oliva, contó: “Tengo que salir a comprar aceitunas. Antes le compraba a productores en sus fincas, pero las van vendiendo. No me queda otra que comprarles a los colegas de San Juan”.
Por su parte, el presidente de la Cámara Olivícola de Mendoza, Juan Carlos García Zuloaga, remarcó: “Los productores terminan entregando sus tierras a emprendimientos inmobiliarios y también venden la leña a fabricantes de ladrillos”. Además detalló que “existe un roce entre la producción y la industria. Los industriales pretenden productores que vendan aceitunas muy baratas para mantener los precios de sus aceites”.
“Le pedimos al gobierno provincial que tengan un poco de sensibilidad y traten de proteger al primer eslabón que es el productor, porque sin productor no hay industria. Los productores son los más perjudicados”, concluyó.



