“Todo el reino de Siria dejará de existir, al igual que la ciudad de Damasco; además las ciudades del norte, que son orgullo de Israel, se quedarán sin murallas”, es el texto que se lee en la imagen compartida y que pertenece al versículo 3 del capítulo 17 del libro del profeta Isaías del Antiguo Testamento.
Hay diversas opiniones sobre si los versos de Isaías hablan del pasado o del futuro. Unos argumentan que la profecía ya se cumplió, al menos parcialmente, cuando los asirios derrotaron a los arameos y ocuparon su capital, Damasco, en el año 732 antes de Cristo.
El contexto deja claro que la urbe cae a manos de los asirios, el Irán actual, mientras que hoy en día estos dos países son aliados fieles, explica Robert Mulholland , profesor retirado del Seminario Teológico de Asbury, EE.UU. a RT.
Sin embargo, numerosos blogs y páginas web especulan que se trata de un presagio sobre el futuro, ya que en ningún momento a lo largo de los 5.000 años de su historia Damasco quedó despoblado: es la ciudad más antigua del mundo continuamente habitada.



