Harto de ser víctima de la inseguridad, el dueño de un súper de Ciudad decidió colocar las fotos en la entrada del comercio para que al menos “sientan vergüenza”.
Un comercio del Centro exhibe a los ladrones del mes
El propietario de un supermercado chino ubicado frente al Hospital Central decidió escrachar a los delincuentes que le han robado. Publica las fotos de los ladrones en la puerta del local para que todo el mundo las vea. Si con esto pensaba el dueño que le iban a dejar de robar, lamentablemente se equivocó, porque según le dijo al POST, los delitos continúan.
La medida fue tomada por la familia dueña del súper porque está cansada de los robos. Las fotos fueron extraídas de los registros fílmicos de las cámaras de seguridad que captaron a los ladrones robando distintos productos.
José Yang, hijo del propietario, en diálogo con el POST se quejó sobre los delitos que padecen en el local: “Vienen de a grupos, generalmente son dos o tres".
Y agregó: "Siempre se llevan bebidas alcohólicas, es decir que no lo hacen por necesidad. La otra vez se llevaron tres whiskies de mil pesos cada uno, seña que no les hace falta”.
“Decidimos pegar la foto de ellos en la pared para ver si por lo menos sienten algo de vergüenza, aunque lamentablemente hay uno que sigue viniendo”, indicó José Yang.
"Todos los días vemos a alguien que está intentando llevarse algo"
Además, el joven contó que hace un par de semanas “vinieron con la intención de comprar dos cervezas, le estaban pagando a mi papá y cuando se descuidó le robaron el celular que tenía al lado de la caja”.
“La policía vino muchas veces, se han llevado a algunos, pero entran y salen a los dos días y después vuelven a nuestro local a seguir robando”, relató el José.
"Es dura la realidad que vivimos"
Cuando le preguntaron cada cuánto sufrían este tipo de sustracciones, el vendedor expresó que “son más comunes de lo que se piensa. Todos los días vemos a alguien que está intentando llevarse algo por más chiquito que sea, lamentablemente es dura la realidad que vivimos”.
Finalmente, Yang manifestó que una vez “tres personas entraron, agarraron tres botellas de vodka y como mi papá salió a perseguirlos le metieron una trompada en la boca y lo dejaron sangrando”.
