Se remonta en el siglo XVIII y servía para no dejar lugar a la disidencia.
Bolillas blancas y negras: el origen de un sistema masónico que hoy dirá presente en la Legislatura
Este martes, los senadores provinciales votan los pliegos de tres cargos clave para Mendoza: uno para la Suprema Corte, otro para el Tribunal de Cuentas y el último para la Fiscalía de Estado.
Lo harán con un sistema de votación secreta de bolillas blancas y negras tan antiguo como simbólico, ya que tiene su origen en la masonería.
El "ballot" es el sistema de votación secreta más añejo del mundo, aproximadamente en el siglo XVIII. Muy relacionado con la exclusividad, aparecía cuando no quería ganarse por mayoría, sino cuando un solo voto negativo o a lo sumo dos ya era suficiente para dar por perdida la votación. Por ejemplo, cuando un profano iniciado debía admitirse a una logia masónica.
El de hoy no será el caso, ya que debe ganar la mitad más uno.
Cuando la admisión de nuevos miembros estaba sujeta a la votación de los otros socios, a veces una sola bola negra -negativa- bastaba para que el aspirante no fuera admitido.
.En inglés, el sistema se denomina "blackballing" .
Un monto de bolas blancas y negras son provistas a los votantes. Cada uno elige una bola y la coloca en la caja de bolas o "ballot box", cubierta por otra caja o dentro de un cajón de la misma, así los observadores pueden ver quién vota pero no cómo. Cuando la votación está completa, la caja es abierta y todos automáticamente pueden ver el resultado.
La bola blanca admitía, la bola negra rechazaba.
En la masonería, este tipo de votación es tomado muy seriamente y perdura hasta hoy en los clubes y logias selectas para admitir a un nuevo miembro con la aceptación de casi todos los socios. El objetivo era el asegurar que los candidatos fueran afines a (casi) todos los miembros existentes; es decir, los nuevos miembros son elegidos por acuerdo unánime o casi unánime de los miembros con derecho a voto.
Ningún "hermano" o "compañero" puede saber cómo va a votar o ha votado el otro, ni incidir en su elección de ninguna manera.



