La marihuana en la escuela: ¿Hay solución?

-Estoy saliendo con un compañero del colegio, contó la adolescente a su familia.

-¿Se droga?, preguntó preocupado el padre.

¡Noooo, papá! ¡Y tampoco usa celular!

Así de clara y contundente fue la respuesta de la chica. Los chicos se drogan con tanta naturalidad como usan el teléfono. Es casi impensable que un adolescente que está en los últimos años del secundario no haya fumado un porro alguna vez, o no lo haga con más o menos frecuencia. Ellos mismos cuentan que casi todos sus compañeros fuman incluso “nevaditos” que son los cigarrillos de marihuana mezclados con cocaína e incluso paco, y los que se cuidan la salud fuman “flores” es decir, que cultivan sus propias plantas.

Hay incluso profesores que llegan fumados a la escuela. “Les ves la cara de chinos” cuentan los alumnos, por los ojos semicerrados.

“La droga no está naturalizada en la escuela, está naturalizada en la sociedad”, lanzó Miguel Conocente, titular de DOAITE de la DGE, (la parte de la dirección de escuelas que lidia -o intenta hacerlo- con los problemas de los alumnos que no son de índole educativo, pero que repercuten en el estudio y en la escuela).

Además, Conocente fue durante muchos años titular del Plan Provincial de Adicciones, y en esa ocasión fue muy criticado por llevar el plan dentro de lo que se conoce como “Políticas de Reducción de Daños” es decir, tendientes a aminorar los daños del consumo en lugar de intentar frenarlo.

“Hace años la política de la Sedronar era negar que fuéramos un país de consumo. El nivel de hipocresía de las políticas argentinas respecto a esto es escandaloso”, explicó.

“El consumo de porro está al mismo nivel que el del alcohol pero no pasa sólo por una cuestión de drogas, pasa con todo, porque la lógica del consumo es ampliar los mercados, por eso la edad de inicio baja cada vez más. Hay cambios en todo, y eso redunda también en el consumo de sustancias”, aclaró.

De arriba hacia abajo

Para Conocente, el problema del porro en la escuela tiene más que ver con una moda que con un verdadero asunto de consumo: “Es una moda que va de arriba hacia abajo, porque proporcionalmente, el aumento del consumo de sustancias en adultos es mayor que en los jóvenes. Además hay un blanqueo en el mundo adulto sobre el consumo. Antes era un tabú decir que fumabas marihuana ahora lo dicen todos y eso es una tendencia mundial”.

El psicólogo aseguró que no se puede separar el aumento del consumo en distintas sustancias, porque todo se relaciona: “Argentina es el primer país en consumo de psicofármacos de América Latina. Y los chicos ven a los padres tomando pastillas para todo, entonces ¿cómo les decís que no consuman otra cosa?”.

Por eso insiste una y otra vez con que “el problema no es de los chicos, es de los adultos, nos hemos acostumbrado a ver barbaridades en torno al consumo como por ejemplo en Mendoza, más del 80% de los psicofármacos son recetados por médicos que no son psiquiatras. Vas a cualquier médico porque te duele la espalda y ahí nomás te receta un Alplax”.

Cómo prevenir

“En la realidad de hoy hay un cambio en el psiquismo que tiene que ver con la percepción del tiempo, hay una necesidad de que el tiempo no transcurra, de que todo sea ya mismo, vivimos en una urgencia permanente y en una anticipación de lo que puede llegar a pasar. Por eso tomamos medicamentos para poder dormir antes de ir a acostarnos y ver si nos dormimos o no. Ahí es donde la droga empieza a tener funciones, y ahí es donde la prevención se complica porque cuando les preguntás a los chicos por qué fuman marihuana las respuestas son de lo más disímiles y van desde que es para relajarse antes de un examen hasta para soportar una clase aburrida”.

En este sentido, el titular de DOAITE expresó que “las campañas de prevención no sirven para nada, porque la prevención para que sea efectiva, tiene que involucrar al destinatario, y en el caso de consumo son muy distintos. Hay que saber por qué se consume cuándo, para qué, y eso varía en cada consumidor”.

Esto no significa que no se pueda hacer nada. Conocente explicó que Sedronar está capacitando a personal de las escuelas para implementar programas de prevencion “adaptados a cada ealidad”, es decir no será el mismo programa el que se dé en una escuela rural, que en una escuela de un barrio problemático.

“Lo cierto es que en prevención hay que invertir mucho, no sólo en capacitación sino también en tiempo. Un buen programa puede llevar años,, y estamos hablando de cambios culturales, que no son magia”, aseguró.

De todos modos, indicó que “los chicos hoy tienen mucha información a mano, y aunque parezca que no, ellos saben que el discurso de que la marihuana no es mala o no es droga no es tan así”.

“La escuela como institución comete bastante seguido el error de no promover espacios de tomas de decisiones para los chicos, y eso no los prepara para tomar responsabilidades que es muy importante en la formación. Pero ellos ven el comportamiento del adulto y ven que cada vez más el mundo adulto se está corriendo de sus responsabilidades y ese es el verdadero problema, porque cuando el adulto se corre, el chico no tiene cómo defenderse”.