Este miércoles se conocerá el veredicto en la causa por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar. Quiénes son los 28 juzgados y de qué los acusan.
Lesa humanidad: hoy será la sentencia histórica
Este miércoles culminará uno de los litigios más emblemáticos de Mendoza y, si se quiere, del país: el IV juicio por delitos de lesa humanidad, denominado "juicio a los jueces" y en el que se ha puesto en el banquillo a cuatro ex magistrados por su accionar durante la última dictadura.
Estará presente el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
El fin del proceso contra los acusados se desarrollará en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1, integrado por por los jueces Alejandro Waldo Piña, Juan Antonio González Macías y Raúl Alberto Fourcade.
Alrededor del mediodía, antes de dictar las sentencias, los magistrados les ofrecerán a los imputados que aún no expusieron la posibilidad de decir sus últimas palabras antes de la lectura del veredicto.
El juicio comenzó en febrero del 2014 y demandó 215 jornadas de debates.
Se trata de una megacausa que es resultante de la acumulación de cerca de 20 causas por delitos de lesa humanidad, sobre un total de 28 imputados, que incluyó el tratamiento de apropiación de una menor, detenciones, secuestros, torturas, violaciones, desapariciones y/o asesinatos contra más de 200 víctimas durante la última dictadura.
A ese respecto, Pablo Salinas, abogado querellante, detalló la dimensión de este caso: "El juicio es tremendo para todos, tanto para defensores o querellantes. Tuvimos que oír en cada audiencia historias tremendas, algo para lo que la mente humana no está preparada y no tiene dimensión de las cosas que va a oír y va a sentir".
Al mismo respecto, sostuvo que “pensar en las víctimas que son alrededor de 500, ya que son 250 desaparecidos mendocinos y otras víctimas que pasaron por el D2, es pensar que se trata de un juicio único".
Ciertamente, se trata de un evento particular ya que 28 personas conocerán su sentencia. A continuación, sus nombres y por qué se los investiga:
Luis Miret Clapés
Fue integrante de la Cámara Federal de Mendoza, donde hizo carrera durante los “años de plomo” de la Argentina. El ex magistrado está acusado de aceptar y propiciar allanamientos ilegales realizados por las fuerzas armadas y de seguridad durante la década de 1970.
Los testimonios indican que Miret visitaba los centros clandestinos de detención en carácter de juez federal, siendo el caso más resonante el de Luz Faingold, que a los 17 años estuvo detenida en el Departamento de Informaciones de la Policía de Mendoza (D2).
Ver además: Habrá sentencia en el juicio más importante de Mendoza
El magistrado continuó con su carrera dentro del Poder Judicial hasta el año 2010, cuando fue suspendido. En ese momento intentó renunciar a su cargo para evitar el juicio político, pero la ex presidenta Cristina Kirchner no aceptó.
Guillermo Petra Recabarren
Se desempeñó como defensor oficial durante 8 años y medio y aseguró que lo hizo cuando nadie quería ejercer las defensas de las personas que estaban acusadas de delitos de subversión. Además, dijo que logró que entre el 30 al 50 por ciento de sus defendidos fueran sobreseídos.
Petra fue juez federal de Mendoza durante la dictadura militar y está acusado de no investigar los crímenes cometidos por las fuerzas armadas.
Oscar Alberto Bianchi Bartell
Bianchi trabajó como agente del Servicio Penitenciario de Mendoza durante la década del 70 y en su declaración intentó desligarse de responsabilidades por tener un rango bajo al momento de los hechos, según dijo, por ser un “agente o celador”.
El penitenciario también indicó que algunos testimonios intentaron achacarle delitos que no cometió “Para hacerme quedar como una persona agresiva”, y remarcó que en 31 años de servicio nunca tuvo una denuncia por apremios ilegales. “Empecé y terminé mi carrera en gobiernos democráticos”.
Héctor Rubén Camargo Granda
Ex oficial de la Policía de Mendoza, trabajó en la comisaría 16 de Las Heras. Recordó que durante la dictadura había “algo fuera de lo normal” y que hubo muchos desaparecidos.
Además, expresó que se sentía como una víctima en este juicio, debido a que según él, el responsable directo era su jefe, José López y que su superior no estaba siendo juzgado.
Finalmente, indicó que en su legajo, además del “curso antisubversión”, también había realizado otro de Derechos Humanos.
José Antonio Lorenzo Constantino
Lorenzo es otro ex integrante de la Policía de Mendoza y se desempeñó en la comisaría 7°. Fue uno de los ex policías que negó la existencia de un “pacto de silencio” y recordó que él fue el primero en declarar en el año 2014.
Finalmente, el ex policía hizo referencia a la “memoria cognitiva” y dijo “mi memoria falla” y agregó “Hice lo que más humanitariamente pude hacer. Pido por un país pacífico, por la República”.
Marcelo Rolando Moroy Suárez
El ex agente de inteligencia de la Policía de Mendoza realizó una gran cantidad de cursos para la sociedad, no contra de ella y que siempre cosechó muchas felicitaciones.
Así mismo, el ex agente siempre se declaró inocente de los cargos y solamente pidió “Justicia”.
Carlos Tragant Garay
Ex coronel de Ejército Argentino y ex director del Liceo Militar General Espejo, fue absuelto en el juicio por el “Plan Cóndor”. Fue uno de los militares que se escudó en los reglamentos militares e indicó que “sólo seguía órdenes”.
Tragant fue interventor militar en San Juan y recibió órdenes en Mendoza para organizar un espacio para alojar presos y subrayó: “Por cumplir órdenes quedo eximido de responsabilidades”.
Pablo José Gutiérrez Araya
Fue integrante del Departamento de Informaciones Policiales entre los años 1974 y 1985 y, según los testimonios, tenía contacto directo con los detenidos que se encontraban alojados en el D2, que funcionaba bajo la órbita del Departamento de Investigaciones de la Policía.
El ex policía está acusado de ser quien apuntaba con un arma a los detenidos para que firmaran papeles. Alicia Morales declaró que Gutiérrez Araya estuvo presente cuando le quitaron los niños en el D2.
Mario Alfredo Laporta Chielli
Trabajaba como vicecomodoro de la Fuerza Aérea Argentina y se desempeñó como jefe de la Policía de Mendoza entre el 20 de febrero de 1976 y el 16 de febrero de 1982.
Está imputado debido a que “tuvo dominio de organización sobre el aparato organizado de poder conformado por dicha fuerza, y particularmente valiéndose de la Dirección de Informaciones Policiales, por hechos del 77 contra Mirta Hernández, Carlos Mauri y Fredy Ramírez Longo”.
Dardo Migno Pipaón
Fue teniente del Ejército Argentino y estuvo a cargo de la LRD –Compañía de Comunicaciones de Montaña- y fue jefe de la 3° Sección de la Compañía entre los años 1975 y 1977.
Migno está acusado de ser el autor directo de los delitos cometidos en ese centro de detención y fue identificado por numerosas víctimas como el jefe del lugar.
Paulino Enrique Furió Echeverri
Teniente Coronel del Ejército Argentino y estuvo al frente de la División de Operaciones de la VIII Brigada de Infantería de Montaña. Luego fue destinado a la jefatura del G2, División de Inteligencia del Ejército, además del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 144 de San Luis.
Por su alto grado y las divisiones donde se desempeñó, su responsabilidad en los crímenes de lesa humanidad está ampliamente documentada, al punto de que fue condenado en otros procesos.
Alcides Paris Francisca Beccaria
Fue comodoro de la Fuerza Aérea Argentina y se desempeñó como jefe de la Policía de Mendoza durante la dictadura militar. Está acusado de privación abusiva de libertad agravada y tormentos.
Diego Fernando Morales Pastrán
Nacido en Córdoba, ingresó al Departamento 2 de Informaciones de la Policía de Mendoza (D2) en 1974, luego de haber cumplido funciones en la División motorizada, la Comisaría 31 e Infantería.
Declaró que cumplía funciones administrativas en el archivo y que, por órdenes del comisario Sánchez Camargo, debía a ir a los calabozos de la planta baja donde había persona detenidas a llevarles comida, ropa y elementos personales.
Miguel Ángel Tello Amaya
Fue integrante del D2 entre los años 1975 y 1983, cuando pasó en comisión a la División Sustracción de Automotores de la Policía de Mendoza.
Fue reconocido por varios detenidos como uno de los guardias del D2 durante el año 1976.
Pedro Modesto Linares Pereyra
Cumplió funciones como agente del Servicio Penitenciario de Mendoza durante el año 1973 y se desempeñó como celador.
En 1975 fue promovido al grado de dragoneante y al poco tiempo de haber ocurrido el golpe militar, trabajó en el pabellón 11 de la Penitenciaría Provincial como custodio de presos políticos.
Amando Osvaldo Fernández Miranda
Fernández fue oficial inspector de la Policía de Mendoza y trabajó en el D2 durante el año 1976. Su tarea específica era de enlace entre el D2 y el Departamento 162 de Inteligencia, el Comando de Operaciones Táctico y el jefe de policía.
Estuvo especializado en inteligencia aunque no lo excluía de realizar otras tareas.
Armando Hipólito Guevara Manrique
Fue oficial de la Policía de Mendoza en el año 1976 y estuvo a cargo de la comisaría 13 de Rivadavia. Siempre negó haber realizado allanamientos junto a fuerzas militares o que integraran fuerzas militares.
Asimismo, desmintió haber tenido contacto o intercambiar información relacionada a la subversión.
Otilio Roque Romano Ruíz
Ex camarista federal, acusado de no haber investigado los casos de torturas, apremios y violaciones ocurridos durante la dictadura militar.
Romano estuvo prófugo en Chile, donde solicitó asilo político, pero el vecino país extraditó al ex magistrado para ser juzgado en la megacausa.
Rolando Evaristo Carrizo Elst
Ex juez federal durante la dictadura militar, está acusado de encubrir delitos cometidos por las fuerzas armadas y de seguridad.
Varios testimonios lo nombran como una de las personas que conocía todos los abusos.
Ricardo Benjamín Miranda Genaro
Ex oficial de la Policía de Mendoza y ex director del D2 en 1977. Se lo acusa de privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencias y amenazas, entre otros delitos.
Julio Héctor La Paz Calderón
Ex integrante del D2 durante 1976. Está acusado de reiteradas torturas y violaciones a las detenidas en el centro clandestino de detención D2.
Rubén Darío González Camargo
Miembro del Departamento de Informaciones de la Policía de Mendoza. Cumplía funciones como guardia en el centro clandestino de detención que funcionó en el ex Palacio de Policía.
Testigos lo identifican como uno de los autores de las violaciones y torturas que padecieron las detenidas en el lugar.
Antonio Indalecio Garro Rodríguez
Ex oficial de la Policía de Mendoza. Prestó servicios en la comisaría 7° de Godoy Cruz durante la dictadura militar. Está acusado de privación ilegítima de la libertad y torturas.
En su defensa, el imputado siempre declaró que nunca haber tenido contacto con las personas que lo denunciaron.
Miguel Ángel Ponce Carrera
Se desempeñó como chofer de la comisaría 16 de la Policía de Mendoza durante 1975. Declaró que nunca abandonaba la movilidad y que su deber era conducir y no preguntar nada.
Juan Ramón Puebla
Ex jefe del centro clandestino de detención que funcionó en la Compañía de Comunicaciones de Montaña 8. Juzgado por los delitos de privación abusiva de la libertad agravada y aplicación de tormentos agravados en ocho casos, y un hecho de abuso deshonesto.
Juan Carlos Ponce Ochoa
Ex subcomisario de la seccional 16°, considerado autor mediato del delito de encubrimiento por omisión de denunciar tres hechos. Se lo apunta como autor de asociación ilícita.
José Antonio Fuertes Fernández
Ex suboficial mayor del Ejército, acusado de ser coautor de un homicidio agravado y supuesto responsable de privación abusiva de la libertad agravada y aplicación de tormentos agravada.
Luis Alberto Rodríguez Vázquez
Alias “Pájaro Loco”, era el responsable de Inteligencia del D2 y se ocupaba de estudiar a los futuros blancos del grupo de tareas. Rodríguez Vázquez admitió en 1987 que se encargaba de “la sección investigación de la información”, donde se procesaban los datos que obtenían quienes se infiltraban en distintas organizaciones. Su tarea no fue sólo de escritorio. Una sobreviviente lo reconoció como quien manejaba el auto que persiguió y alcanzó a Paco Urondo.



