En primera persona: así es la realidad de un trabajador de PepsiCo

En las últimas horas, la conducción de la CGT anunció que convocará para el próximo 22 de agosto a una "movilización de protesta" con fuertes reclamos al Gobierno nacional, luego del violento desalojo de los compañeros despedidos de la planta de PepsiCo.

Luego de una reunión de la mesa de autoridades en la sede de Azopardo, el secretario Juan Carlos Schmid aseguró que el próximo 28 de julio se realizará un "plenario nacional sindical para reunir a toda la militancia" y que allí se formalizará la convocatoria a la movilización del 22 del mes siguiente.

Damián González, trabajador de PepsiCo, contó este viernes a través de Te Digo Lo Que Pienso -que se emite de lunes a viernes de 6:50 a 9:00 en Radio La Red Mendoza 94.1- cómo es su historia personal. 

"Yo llevaba ya 8 años trabajando en PepsiCo hasta el día 20 de junio que nos encontramos con un papel en la puerta para decirnos que cerraban las operaciones, que había que ir a arreglar", comenzó contando Damián.

Y también agregó: "Yo alquilo, tengo dos hijos y ganaba alrededor de 25 mil pesos. Ahora tengo en la cabeza seguir con esta lucha. Creo que uno tiene que tratar de vivir de acuerdo a como quiere que sea el futuro".  

"Hay compañeros con más de 45 años con problemas de salud que se les iba a ser difícil conseguir trabajo, entonces no podíamos permitir que esto no tuviera un coto", describió Damián.

Él aseveró que "yo desde que entré se corrían rumores que iba a cerrar, pero a mí me tomó por sorpresa".

"Yo no soy delegado sindical, pero tomé la decisión de pasar a la resistencia activa porque entendí que las cosas no podían quedar así. Creo que hay cosas que hay que cambiarlas", dijo. 

"La represión de ayer fue un mamarracho. Yo todavía soy trabajador de PepsiCo, aún no recibí el telegrama. Nosotros no tomamos la planta, permanecimos en nuestros lugares de trabajo porque no hemos sido despedidos formalmente", agregó Damián.

En relación al momento de la represión del jueves, contó: "Desde el techo veíamos cómo le tiraban gas en la cara a los compañeros. Nunca avisaron que iban a entrar, nunca mandaron un negociador, nunca cumplieron con el protocolo. Ahora estamos desalojados y la situación es seguir resistiendo en la calle".