Hay un fuerte debate entre artistas y periodistas escandalizados. ¿De qué se asustan tanto?
No jodan tanto con Romeo Santos y la Vendimia, que no somos vírgenes
Resulta que ahora, la Vendimia es santa...
Un debate duro recorre las redes sociales por el ya famoso recital de Romeo Santos en la repetición del martes en la Vendimia de este año, que convocó a más de 20.000 fanáticos y fanáticas que dejaron el Teatro Griego vacío una vez el “Rey de la bachata” dejó el escenario. Y fue en ese momento en que empezó la discusión en medios, foros, redes sociales.
Es complejo el fenómeno: si la Vendimia es muy “culturosa”, se aburren... Y si es demasiado popular… parece que va en contra de los principios de nuestra Fiesta Mayor de los Mendocinos.
¿Al final, qué quieren?
El recital de Romeo Santos tiene distintos aspectos para analizar, si es que cabe. Lo primero y más básico -cruel, si quieren- para la artistada mendocina. Mal que les pese el tipo es tremendamente popular, y es el artista preferido de mucha gente que de otra manera no sería arreada al Frank Romero Day a ver un acto central de la Vendimia, que este año fue un embole atroz. Estuve allí, no me lo contaron. Apenas si podía contener los bostezos a pesar del estrés que supone una cobertura de esta naturaleza. Y esto sin pretensiones de analista de espectáculos, ni de crítico del particular género “Acto Central” al que algunos le ponen el mismo ahínco que la feroz crítica de The New York Times en la película “Birdman”. ¿Por qué deberían 20.000 personas tragarse el soporífero? En todo caso, Cultura no debió aceptar el cambio de horario. Era previsible que fueran a quedar en las gradas las familias de los bailarines, los músicos, y sus muy amigos... y nadie más. ¿A quién se le ocurre servir el postre antes? ¿O que la estrella central esté antes de la 'banda soporte'? El Acto Central en sí no merecía mucho más. Distinto es el día en que se elige a la Reina.
Se rasgan las vestiduras porque Romeo Santos no tiene nada que ver con la Vendimia. No entiendo. ¿Y qué tienen que ver Alejandro Sanz, La Mancha de Rolando, Charly y Fito, Lerner, Banda XXI, Divididos, Axel, o el propio Ciro y los Persas, por mencionar a algunos de los que han estado en distintas repeticiones? ¿No son “grasas” como Romeo Santos y el problema es ese? Hay cierto tufillo hipócrita en los críticos mendocinos. ¿Qué tienen de diferente el público del rock al de la bachata? ¿No son personas, gente, seres humanos con el derecho a tener su gusto y divertirse? Ahora resulta que Sanz y Ciro y Los Nocheros y todos los demás artistas de las repeticiones, incluso los mendocinos, “tienen que ver” con la Vendimia, o son la Vendimia. ¿Anduvieron ‘poniéndole por las hileras’? ¿Dónde dan ese carnet? ¿Lo entregan los colegas periodistas? ¿Marizul Ibañez? ¿Los productores de los viñedos de uva chinche que nadie quiere en el Este? ¿Bodegas de Argentina?
Hubo variantes de alta factura. En el muro de Facebook del artista mendocino Javier Rodríguez, para hablar de un mendocino que tiene nivel internacional y juega en las ligas mayores, hubo muchas manifestaciones humorísticas del propio Javier respecto de Romeo Santos. Criticó al artista con acidez y argumentos.
Sin embargo, aquí el problema es otro, y es el del reparto de los recursos. Yo entiendo que a muchos no les guste Romeo Santos. Tienen derecho a ello. Pero no mucho más… el resto, es subjetivo.
Traer artistas populares a la Vendimia es un acierto, que pone atención al carácter internacional de la fiesta, y que la multiplica por el mundo. La otra visión resulta pequeña, chiquitita. Quedémonos acá entre nosotros, escuchándonos, viéndonos, bailando entre nosotros, y repartiendo entre nosotros las monedas del gobierno.
Algunos de los que artistas y periodistas y críticos que enfurecieron con Romeo Santos no podrían sacar un disco o un libro a la calle con su propia gestión comercial y artística o literaria, o tocar en el Teatro Independencia o en el Le Parc, y mucho menos en Buenos Aires. Necesitan que, antes, Marizul firme el cheque.
No jodamos… Es cierto que hay una “crisis de identidad” de la Vendimia, y por eso nadie se anima a hacer algo distinto en el Acto Central. Pero las crisis son buenas para el crecimiento.
Si quieren criticar a Romeo Santos, hay otros motivos. Resulta raro que nadie le haya denunciado aún por discriminación o violencia de género, justo en Mendoza donde está repleto de especialistas en la materia; por aquello de pedir una “gordita” al escenario a la que después hizo que le tocase la entrepierna. Eso sí, la chica hasta le estampó un flor de beso, delirio de muchos.
Para el año que viene, elaboren una lista de artistas “bien” que puedan estar en las repeticiones de la Vendimia y satisfacer sus egos.
De lo que no puedo estar seguro, es de que la gente esté agradecida.



