Ángela González es dueña desde hace 23 años de “Roti-Pasur”, una rotisería ubicada en el barrio porteño de San Telmo, un lugar muy conocido en una buena ubicación. Sin embargo, los aumentos en los servicios básicos le forzaron a bajar las persianas.
Ángela contó cómo durante años disfrutó de una buena clientela, pero en los últimos tiempos las ventas bajaron mucho. Sin embargo, el mayor golpe fue el aumento de la tarifa de luz, que pasó de $1.000 a $9.000 en poco tiempo, lo que provocó que el negocio se fuera lentamente a la quiebra. Ahora, está vendiendo las máquinas, heladeras, y hasta la vajilla.
"Todo empezó a ir mal con el cambio de Gobierno, las cosas aumentaron mucho y nosotros ahora trabajamos para pagar... El contrato ya se terminó desde hace unos meses pero estamos vendiendo todo y apenas se venda lo que queda cerraremos definitivamente", dijo Ángela al diario MinutoUno.
"Soy una persona grande, no sé qué voy hacer. Vivo sola así que seguiré viniendo al local y hasta que cierre estaré aquí. Después no sé", contó la mujer, que tiene más de 60 años de edad.
Este domingo, abrió su local como todos los días para tratar de vender lo que le queda y mientras atendía a los pocos clientes que estaban en el local pasó una señora con su hijo pidiendo comida, aunque le quedaban dos empanadas que podría venderles a sus clientes, ella decidió regalárselas a dos nenes para que comieran. "La palabra de Dios dice que hay que dar para recibir, así que prefería darle a ellos que venderlas", aseguró Ángela. Y agregó: "Por acá pasan todos los días gente pidiendo comida y hay que tratar de ayudar o darle lo que se pueda", aseguró.



