El taller Marlia se dedica a la restauración de autos clásicos y antiguos. Un recorrido por el interior de un lugar icónico.
Tres generaciones unidas por la pasión a los fierros
El taller mecánico que está en Diagonal Passera 1752 de Rodeo de la Cruz, Guaymallén parece ser un taller más de la zona, pero detrás de los portones se esconde una parte de la historia automovilística. El taller se dedica a la restauración de autos antiguos.
Tamer Marlia nos cuenta la historia del lugar. El taller lo funda su abuelo, que trabajaba como mecánico en la zona y poco a poco se fue sumando su padre, siempre con una gran pasión por “los fierros”, pero centrándose en la restauración de clásicos.
Al terminar el colegio, él y sus hermanos se fueron sumando al trabajo de su padre, continuando con el hobbie familiar.
Y dice hobbie porque ese no era el trabajo del padre “mi papá empezó como un hobbie, él restauraba los autos por gusto”, y agregó “él era un apasionado de los fierros, así se fue metiendo y nos inculcó la pasión a nosotros”.
Tamer cuenta que el trabajo de restauración de autos es muy lento, y que hay que destinar mucha plata para hacerlo y uno de los problemas es que casi no deja margen de ganancia para el restaurador.
“El tiempo para la restauración de un auto es de un año y medio más o menos, y con la inflación no se puede, porque uno empieza a hacerlo y no sabe cuánta plata va a terminar invirtiendo”, explica Tamer.
Respecto de sus clientes, el taller Marlia ha restaurado autos para varios coleccionistas en Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, La Pampa, Neuquén e incluso Chile, aunque por el momento no están restaurando autos.
“Nosotros vivimos del taller, y como la restauración de clásicos no deja mucha ganancia nos estamos dedicando más al arreglo de autos más nuevos, que pueden salir en el día”, aunque aclara que todavía tienen algunos clientes a los que le hacen el mantenimiento de sus vehículos.
“Con algunos autos seguimos , porque esto es una pasión, pero nos estamos dedicando más a los autos nuevos”.
¿Cómo es el proceso de restauración?
Tamer cuenta que la restauración es artesanal; todo lo que es chapería y pintura se debe repara de forma íntegra. El proceso es muy lento y hay que ser muy meticuloso para lograr un buen resultado.
El tema de los repuestos es un problema, al ser autos que ya no se fabrican no pueden conseguirse las partes en una casa de repuestos normal. “hay réplicas que pueden usarse; otras se adaptan o se fabrican”.
Y el tema de la fabricación de piezas es un tema que influye mucho en los tiempos de restauración. Tamer indica que, por ejemplo, una pequeña pieza del motor que debe llevarse al tornero para fabricarse puede demorar mucho tiempo, lo mismo ocurre con detalles menores como el tapizado de cuero si no se consigue un material que sea original.
Algunas pieza pueden conseguirse, pero éstas son muy caras y demoran mucho en encontrarse.
Los precios de un auto antiguo restaurado varían mucho. Si bien el proceso de restauración es el mismo con un Fiat 600 o con un Ford 1937, todos tienen diferentes pasos de restauración, y mientras más antiguo sea el auto, más difícil es conseguir repuestos y más demora el tiempo de restauración.
“Uno empieza a restaurar y no sabe cuánta plata va a terminar poniendo, no hay un precio límite”.
El precio depende también de lo que el cliente quiere hacer, no es lo mismo restaurar un auto a original o pasarse a lo que es un “hot rod”, que es mucho más caro por la cantidad de modificaciones que hay que realizar.
El Ford 37 coupe
Uno de los autos más llamativos que tiene el taller Marlia es un Ford 1937 coupe convertible. El auto era propiedad de Oscar Mouge, presidente del Club de Automóviles Antiguos de Mendoza y según cuenta Tamer, era “su bebé”.
El auto ya estaba restaurado cuando era propiedad del señor Mouge y cuando lo llevó a un taller para realizarle unos retoques el taller se encendió, afectando seriamente el auto.
“Estaba destruido, todos los coleccionistas que lo habían visto decían que no servía más; mi papá lo compró y lo trajo al taller. Cuando lo vinos arriba de la plancha de la grúa nos agarrábamos la cabeza”.
El padre de Tamer comenzó a restaurarlo. Un año y medio demoró en dejarlo en condiciones. Ese es un auto que no venderían por ningún precio por el valor sentimental que tiene. La satisfacción del padre era tener la coupe Ford en condiciones; haberla restaurado cuando nadie creía que pudiera hacerse.
La “Chevi” 75
La historia de la coupe Chevrolet 1975 tiene una historia muy especial. Compitió en un certamen internacional obteniendo el 2° lugar. Uno de los jurados que estuvieron presentes fue Chip Foose, del programa norteamericano Overhaulin´.
“Habíamos ganado un concurso de 3M en Mendoza, éramos 65 los autos y obtuvimos el primer puesto acá. Concursamos en Buenos Aires y sacamos el 2° lugar, él votó por nuestro auto”.
El padre de Tamer había muerto hacía pocos meses, no tenían plata y lo hicieron todo a pulmón. El padre de Tamer no pudo disfrutar de ese momento.
El taller Marlia sigue adelante con sus 3 hijos al mando, restaurando clásicos y salvando parte de la historia en cuatro ruedas.



