La residencia VIP de Susana Balbo, que carece de habilitación municipal, también evade impuestos ya que factura por la mitad de lo que realmente cobra a sus residentes.
Nuevas irregularidades en el geriátrico VIP de Susana Balbo
Un geriátrico VIP, evasión impositiva, sueldos en negro. Todo ello sazonado por la participación de una conocida diputada nacional por el PRO.
El explosivo condimento es parte de una trama que reveló el Post el pasado 26 de abril y que involucra a una residencia VIP para mayores ubicada en Vistalba, Luján de Cuyo.
Su nombre es harto conocido: Apart Awki y pertenece a la diputada nacional por el PRO, Susana Balbo, prestigiosa empresaria mendocina del vino.
El director Médico del lugar es Oscar Sagas, subsecretario de Salud de Mendoza y su representante legal es Miguel Pérez Hualde, abogado del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Ello explica por qué el establecimiento consiguió rápidamente la habilitación que exige la Subsecretaría de Planificación y Control del Ministerio de Salud de la provincia.
No obstante, lo que jamás logró es hacerse con el pertinente permiso municipal de Luján, así como tampoco lo tuvo cuando operó en Palmares, donde funcionó durante sus primeros tres años.
Ver además: Polémica por un geriátrico de la diputada Susana Balbo
Según pudo saber el Post, ese permiso no se le otorgó porque no contaba con las medidas de seguridad que exige la ley. Algunas de ellas: extintores, salidas de emergencia señalizadas, luces de emergencia funcionando, alarma contra incendio, barandas, y aperturas de puerta hacia afuera.
“Todavía no está habilitado, pero están haciendo los trámites”, reconoció a este diario Sebastián Bragagnolo, secretario de Gobierno de Luján de Cuyo.
En ese contexto, aparecen otros dos condimentos: la subfacturación y la consecuente evasión impositiva. Es que según cuatro fuentes con las que habló el Post —uno de ellos, reconocido referente de la política local— a muchos de los familiares les facturan solo la mitad de lo que realmente pagan.
A los únicos que les facturan el total, es a los abuelos que hacen transferencias bancarias porque sus familiares viven en el exterior.
“Si comparás las facturas de los residentes vas a ver que los que hacen depósitos bancarios pagan el doble de los que pagan en efectivo”, reconoció uno de los consultados para esta nota.
Otro informante comentó algo similar: “Si vas y averiguas en el geriátrico cómo es la metodología para internar a un paciente, cuando preguntás cómo se debe pagar, la misma persona que te atiende (Facundo) te va a decir que podés pagar mitad y mitad”.
En el mismo sentido, las fuentes coinciden en advertir que los pagos se hacen en el estudio contable de Carlos Balter.
Preguntado al respecto por el Post, el referente demócrata adujo: “A lo mejor en el estudio pueden recibir el dinero, eso puede ser. Puede ser que sea por algo circunstancial porque está en Vistalba. Pero no es lo habitual. Igualmente yo personalmente no lo he hecho”.
Cuando se intentó hablar con algún responsable de Apart Awki para chequear ese y otros datos, se dio la siguiente conversación, sugestiva por demás:
-“Quisiera hablar con algún responsable del lugar”.
-Sí… ¿de parte de quién?
-Mi nombre es Christian Sanz de diario Mendoza Post…
-Ah ok! Pero en la tarde no te puedo dar ninguna información.
Acto seguido, la comunicación se cortó abruptamente. Justo antes de poder preguntar acerca de la eventual subfacturación e incluso respecto de los trabajadores que aducen haberse desempeñado “en negro” en la residencia de Balbo.
Como ya reveló este diario sobre la base de puntuales testimonios, hay empleados que trabajan 8 horas por día pero han sido registrados como si se desempeñaran la mitad de ese tiempo.
A su vez, los trabajadores suelen ser contratados “en negro” durante varios meses antes de que les den el alta laboral respectiva.
El Post logró hablar con algunos de los empleados, quienes confirmaron lo antedicho. “Todos le tienen miedo a la dueña porque cuando pedís algo, enseguida te echan, no te pagan nada, terminás arreglando por menos de lo que te corresponde de indemnización y si no arreglas, te inventan algo”, dijo una mujer que supo trabajar en Awki.
Otra ex empleada relató algo similar: “En el banco no te dan ninguna tarjeta de crédito porque el sueldo en el bono es mínimo. No podés usar tu bono para alquilar, porque es muy poco. Y ni pensés en enfermarte, porque te van a pagar la mitad de lo que deberían, porque solo te pagan lo que dice el bono”.
Al mismo tiempo, reveló: “Nosotras hacemos de todo, además de atender, bañar y vestir a los abuelos, lavamos la ropa, limpiamos, hacemos las camas, planchamos, ponemos y levantamos la mesa, lavamos los platos, servimos la comida, y tenemos que estar disponibles siempre”.
¿Qué más se puede agregar? ¿Hace falta decir algo más? La acumulación de irregularidades obliga a preguntarse cómo es posible que el “apart VIP” siga funcionando como si nada.
Y lo obvio: ¿Por qué la municipalidad de Luján ha permitido semejante situación durante tantos años?



