La enóloga y diputada por el PRO es dueña de un geriátrico VIP que no cuenta con habilitación municipal. Además hay denuncias laborales. Qué dicen la municipalidad y el propio Instituto.
Polémica por un geriátrico de la diputada Susana Balbo
Susana Balbo no necesita presentación. Actualmente es diputada nacional por el PRO y, antes que ello, supo despuntar como empresaria del vino, siendo la primera mujer enóloga de la Argentina.
Sin embargo, ostenta una faceta diferente, para algunos un poco desconocida, que tiene que ver con el regenteo de un geriátrico VIP ubicado en Vistalba, Luján de Cuyo.
Su nombre es Apart Awki, que significa “abuelo” en quechua, del cual la propia Balbo aparece como propietaria junto a sus hijos, Ana y José Lovaglio.
La enóloga lo describió en su momento como "un hogar de ancianos que premia el cariño que dieron en su vida; un nuevo emprendimiento que he realizado con dedicación".
Su director Médico es Oscar Sagás subsecretario de Salud de Mendoza y su representante legal es Miguel Pérez Hualde, a la sazón abogado del Ministerio de Trabajo de la Nación.
El apart Awki fue inaugurado en agosto de 2013 y, según sus propios dueños involucró una inversión de un millón y medio de pesos, ya que cuenta con “lujos” de diversa índole, como el hecho de que las habitaciones cuentan con circuito cerrado de TV, además de servicio wi-fi.
Hasta ahí, todo bien. El problema es que el hogar no cuenta con la pertinente habilitación municipal de Luján, así como tampoco la tuvo cuando operó en Palmares, donde funcionó durante sus primeros años.
Según pudo saber el Post, ese permiso no se le otorgó porque no contaba con las medidas de seguridad que exige la ley. Algunas de ellas: extintores, salidas de emergencia señalizadas, luces de emergencia funcionando, alarma contra incendio, barandas, y aperturas de puerta hacia afuera.
No obstante, sí cuenta con la habilitación que exige la Subsecretaría de Planificación y Control del Ministerio de Salud de la provincia, según confirmaron a este diario fuentes, tanto del apart como del gobierno local.
Como sea, ¿puede funcionar en esas condiciones el geriátrico de Balbo? En teoría, no, ya que precisa de los dos permisos, tanto el de la cartera de Salud como el de la comuna. Sin embargo, fuentes de la municipalidad de Luján aseguran que se está avanzando con los trámites pertinentes.
“Todavía no está habilitado, pero están haciendo los trámites”, reconoció al Post Sebastián Bragagnolo, secretario de Gobierno de Luján de Cuyo.
-¿Por qué entonces está funcionando?
-El tema es que hay muchos abuelos en el medio, imaginate que yo voy y cerramos los geriátricos ya… dejamos a todos esos abuelos en la calle.
-Por lo que vimos, el lugar dista de estar en condiciones para habilitarse…
-Se han revisado las documentaciones necesarias para que termine de presentar los trámites, y sé que están en eso.
-Insisto, les faltan —o al menos les faltaban— cosas esenciales. ¿Lo han resuelto desde Awki?
-La verdad que tanto detalle así no te lo sabría dar, sé que puede ser parte de todo lo que tiene que acreditar para poder obtener la habilitación.
-¿Pueden funcionar en esas condiciones?
-La factibilidad comercial ellos ya la tienen.
-¿Qué les falta entonces?
-Normalmente, hay dos pasos, primero la factibilidad comercial que es cuando vos te presentás y decís “bueno, en determinado sector podés poner una panadería, una fiambrería o una industria”. No en todos lados podés tener un geriátrico, y la factibilidad comercial ya la presentaron y se la otorgó el municipio. Después de la factibilidad comercial se da la habilitación, comercio controla que todos estos requisitos, que pasan por oficinas independientes de cada una, se cumplan. Que esté el matafuegos, la adecuación de baños, etc. Muchos de estos a veces son edificios, que se readecúan, deben estar en proceso de acreditar todo eso, para que nosotros les otorguemos la habilitación. Una vez que está todo eso complementado se les otorga la habilitación.
-Así están desde 2013…
-Evidentemente hay un plazo perentorio, desconozco en detalle cuál es el correr de los días. Sé que la municipalidad ha intimado, para que se termine de acreditar todo eso, para poder habilitar.
En el marco de lo antedicho, el Post consultó al director médico de Awki, el ya mencionado Sagás, quien se abstuvo de responder, entre otras cosas, por qué no está habilitado el geriátrico, a qué se debe que no cuente con las medidas de seguridad que exige la ley y cuál era su descargo frente a los empleados que denunciaban trabajar “en negro”.
La última pregunta no es casual: según testimonios que logró recoger este diario, hay empleados que trabajan 8 horas por día pero han sido registrados como si se desempeñaran la mitad de ese tiempo.
Una de las afectadas es Paloma, que presentó certificado por embarazo con riesgo y solo cobró por 4 horas y no por las 8 que se desempeñaba. La licencia por maternidad —que paga la ANSES—, también fue por 4 horas, ya que no está declarada por las 8 horas que ella verdaderamente trabajaba.
Otra empleada, Rocío, estuvo casi 1 año con licencia por ART porque se cayó en el geriátrico —ya que el piso estaba mojado—, y solo cobró por 4 horas durante su licencia, que era lo que la ART pagaba a la empresa. El dato fue confirmado, no solo por la trabajadora, sino también por Galeno ART.
Una mujer llamada Roxana, cocinera ella, que se lastimó la espalda corriendo una heladera, también cobró durante su licencia solo por 4 horas.
No es todo: los trabajadores suelen ser contratados “en negro” durante varios meses antes de que le den el alta laboral respectiva. Por caso, una de las empleadas, María Elena que se dedicaba a la limpieza, llegó a trabajar todo un año en esas condiciones.
¿Cómo es posible que el “apart VIP” siga funcionando luego de lo antedicho? ¿Por qué la municipalidad de Luján ha permitido semejante situación durante tantos años?
Más allá de las excusas, la ley que determina cómo debe funcionar un geriátrico es la 5.532, que establece por ejemplo que las construcciones no pueden funcionar en casas de adobe, ni tener dos plantas, salvo que posean ascensor.
A su vez, debe contar con un médico a cargo de la institución, un geriatra que actualice las historias clínicas semanalmente, un enfermero por turno y una mucama cada 6 camas como mínimo.
No se trata de una pretensión periodística: es lo que exige la norma legal. Ni más, ni menos.



