Senillosa: la cárcel para violadores

Funciona bajo la órbita del Servicio Penitenciario Federal en Neuquén y buscan la reinserción de los violadores. En Mendoza se lleva a cabo una experiencia similar.

Senillosa: la cárcel para violadores

Por: Mendoza Post

En la localidad de Senillosa, Neuquén, funciona un revolucionario programa que busca la reinserción de los delincuentes sexuales. En el anexo de la unidad 9 del Servicio Penitenciario Federal funciona la cárcel para violadores, que está en funcionamiento desde agosto de 2015 y comenzó con 30 internos.

Los internos están de manera voluntaria y se busca la reinserción.

Actualmente son 125 los delincuentes sexuales alojados en la unidad penitenciaria, entre violadores y abusadores y las edades promedio de los internos es de 25 a 30 años. Una característica es que los violadores alojados en esta cárcel están de manera voluntaria en la unidad, debido a que son parte del Programa de Tratamiento para Ofensores Sexuales del Servicio Penitenciario Federal (S.P.F.).

Los internos están de manera voluntaria en el penal.

Según indican las autoridades de la unidad, los condenados tienen que respetar una serie de normas de conducta y deben trabajar dentro del penal en talleres de carpintería y herrería, debido a que lo que se busca es modificar la conducta y que los internos puedan adquirir nuevos hábitos y valores.

Son parte de un programa de reinserción de abusadores.

A partir de las 15 horas los presos son trasladados hacia las aulas del penal donde toman clases para terminar sus estudios, tanto primarios como secundarios así como también estudios de formación profesional, como cine y teatro.

El promedio de edad es entre 25 y 30 años.

El trabajo en esta particular cárcel es interdisciplinario, y en el lugar trabajan Psicólogos, Asistentes Sociales, Profesores de Educación Física e incluso Médicos y Abogados, dependiendo de las necesidades del momento.

Los presos participan de talleres para trabajar en la adquisición de valores.


La opinión local.

Eduardo Orellana, director del Servicio Penitenciario Provincial, habló con el Post e indicó que en la provincia se aplica un tratamiento similar para los abusadores sexuales. Es un tratamiento que dura dos años donde se trabaja con psicólogos y trabajadores sociales para intentar que el delincuente pueda controlar sus impulsos.

En la provincia existen programas similares bajo la órbita del Servicio Penitenciario de Mendoza.

 Una vez que recupera su libertad, existe una persona externa a la cárcel, generalmente un familiar, que se encarga de controlar que no reincida en el delito. Estos controles, según indicó Orellana, son de por vida, debido a que es muy difícil reinsertar a un violador.

  Fotos: lmneuquen.com