Usurpados y usurpadores, los que se quedan con la casa

En Mendoza hay cerca de 80 mil casas deshabitadas. Mientras que el déficit de vivienda se solucionaría con la construcción de 50 mil, cada vez son más visibles los casos de usurpación pasiva de construcciones y toma de posesión de terrenos privados.

Usurpados y usurpadores, los que se quedan con la casa

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

Facundo es empleado del municipio de Maipú y hace 4 años “se metió” en una casa. “Yo estaba alquilando, vivía con mi mujer y dos hijos y me quedé sin trabajo. Estuve un tiempo vendiendo en la calle, alargues eléctricos, agujas e hilos, de todo, pero ya no podía con el alquiler así que nos mudamos a la casa de mi suegra. Ahí estuvimos casi un año, y un día empecé a averiguar por una casa abandonada que estaba en la esquina de lo de mi suegra”, relató.

El empleado maipucino explicó que intentó hacer un acuerdo con los propietarios: “Fui a la municipalidad a buscar datos del dueño para ofrecerle que me preste la casa a cambio de arreglos ya que estaba muy abandonada, pero lo único que supe era que el dueño es de La Rioja. La casa estaba abandonada hacía por lo menos 25 años y ya antes se habían metido pero al parecer había un administrador que sacaba a los que la ocupaban”.

Dijo que frente a eso, él no estaba muy convencido pero la esposa lo instó a probar suerte y un día se metieron: “no fue nada lindo, tuvimos que hacerle de todo a la casa, de a poco y cuando podía empezamos a limpiar, estaba llena de escombros, mugre, el patio parecía un monte. Cuando entramos la casa no tenía ni siquiera los contrapisos. Yo hice los pisos, cambie una ventana porque estaba el agujero por el que entramos, le puse el baño y la cocina porque no había ni pileta”.

Al poco tiempo de estar ocupando la vivienda, la policía los llevó detenidos. Facundo contrató un abogado: “Yo no sé muy bien qué pasó pero nos soltaron y no volvieron nunca más, debe ser que el dueño no apareció”, calculó.

Usurpación en Ugarteche, tiempo atrás.

Si bien está consciente de que está en una situación de ilegalidad, aclaró que nunca fue su intención arrebatarle la casa a nadie: “Si aparece el dueño con los papeles obviamente que me voy, yo no soy un delincuente, acá todos saben que yo trabajo mucho y que no soy una persona de mal, si no, ya me hubieran denunciado los vecinos. Además, yo quisiera encontrar al dueño para hacer un arreglo porque tampoco es genial vivir así, me tuve que colgar de la luz porque sin los papeles de la propiedad no te la instalan, y yo quiero pagarla”.

Facundo sabe que las leyes estipulan que si ocupa la casa, la mejora y paga los impuestos durante 20 años puede acceder a la propiedad legalmente, “pero, la verdad, yo espero poder alquilar en otro lado antes de que pasen 15 años más”.

Usurpadora en la Quinta Sección

Sabrina es española. Hace 25 años se enamoró en su país de un mendocino que había ido de vacaciones y se quedó dos años. Luego, él le pidió que se trasladaran a Mendoza.

“Él me había dicho que un tío le había ofrecido una casa para que viviéramos, que estaba deshabitada hacía mucho pero que el barrio era muy lindo. Llegamos a Mendoza y nos quedamos unos días en la casa de sus padres, y una tarde me dijo que fuéramos a ver la casa y pidió un cerrajero porque dijo que no sabía dónde había dejado las llaves. El cerrajero abrió, cambió la cerradura y nos dejó las llaves. La casa era preciosa pero estaba muy abandonada y yo estaba contenta porque podía hacer lo que quisiera”.

En las siguientes semanas, la española iba y venía de la casa de sus suegros a su nuevo hogar: limpió, desinfectó, desmalezó, podó parrales, sembró césped, pintó y amobló. “Mis padres estaban en una buena situación económica, tenemos una empresa familiar de la que me corresponde un porcentaje y me giraban plata, así que nunca hubo problemas de dinero”, aclaró la mujer. “De todos los trámites para el teléfono, la luz y el gas se encargó mi novio que era el que tenía los papeles de la casa y lo que sí me pidió fue que a su familia le dijéramos que habíamos comprado la casa con plata de mis padres, porque no se hablaban con el tío-dueño y no quería que supieran que él tenía relación”.

Las condiciones de la usurpación son siempre durísimas.

Sabrina se casó al año. Un tiempo después el marido le confesó que no existía ningún tío y que, en realidad, habían usurpado la casa. “Yo lo quería matar, me entró mucho miedo pero mi marido me dijo que un amigo de él le había dicho de la casa y que sabía que no tenía dueños, que estaba abandonada hacía mucho”.

“Cuando le pregunté cómo no me había dicho desde el principio me contestó que para tomar una casa hay que portarse como si uno fuera el dueño, porque si no, se nota”.

Así pasaron los años. Sabrina ya conocía la ley que le permitiría usucapir la propiedad a los 20 años, sabía que podría pedir la titularidad ya que cumplía con todos los requisitos, tenía todos los impuestos pagos (incluso la deuda que había antes de que ellos llegaran), se le habían hecho miles de reformas que elevaban el precio de la propiedad y estaba habitada por ellos.

A los 19 años y un poquito más, apareció el propietario. “Hice lo que correspondía, aseguró orgullosa con su tonada gallega, le compré la casa”.

Es que la mujer, temerosa de que alguna vez apareciera el verdadero dueño, había ahorrado el dinero que le giraban de la empresa familiar en esos 19 años “nada más para no sentirme una ocupa”, concluyó.

Casas abandonadas

Los censistas que hicieron el barrido territorial en 2010 encontraron 14.442 viviendas deshabitadas sólo en la Ciudad de Mendoza, el 28,2% de todas las propiedades del departamento.

La diputada camporista Marina Femenía presentó, el año pasado, un proyecto para crear un registro provincial de viviendas desocupadas y gravarlas con una tasa del 400% del impuesto inmobiliario correspondiente cuando se demuestre el desuso de la propiedad durante un año o más. La sobretasa se utilizaría para un fondo de creación de viviendas. El proyecto aún es analizado en comisiones.

Esos terrenos que se van heredando

Otra de las pruebas de la falta de vivienda es la cantidad de asentamientos construidos en terrenos que son de propiedad privada. Un caso resonante fue el de las 200 familias que tomaron un terreno en Perdriel en mayo de 2013 y que luego se supo que los representaba un abogado (Julio César Bellido) que era funcionario del Ministerio de Hacienda. Lo echaron y perdió la representación de los usurpadores. Más tarde, la abogada Diana Yaser se hizo cargo de la defensoría y aclaró que las familias no eran usurpadoras sino poseedoras, dado que no le quitaron la propiedad a otro, ya que el supuesto dueño no tenía pruebas de ser propietario.

Señaló que el conflicto ya había sido resuelto y los terrenos ya se están loteando y entregando los títulos supletorios a la gente que los tomó, luego de una larga negociación.

Si bien la ley de usucapión estipula un plazo de 20 años de la posesión para solicitar el título supletorio, en los casos de terrenos donde se empiezan a formar asentamientos, la política influye. “No es grato para ningún funcionario desalojar gente”, señaló la letrada, aunque también mencionó otros casos donde sí se habían retirado ocupantes hasta con topadoras.

“En el caso del predio de Perdriel no hizo falta que pasaran tantos años debido a que no hay un propietario fehaciente”, aclaró Yaser. Esos terrenos eran parte del Estado y parte, de la familia Arizu.

Organizar una usurpación es un asunto complejo. En este video de 2009, un testimonio importante de una toma de tierras en el Este. Presten atención a lo que cuenta la señora:

Usurpada y usurpadora

Carolina Costantini heredó un terreno familiar de 11 hectáreas detrás del aeropuerto, pero ya hay más de cien familias asentadas.

“Hay casas de más de 20 años, y ya no son edificaciones clandestinas, la municipalidad les ha dado todos los servicios y hasta se les hizo calles, el tema es que las casas están sobre las calles y adentro está todo vacío y yo no puedo disponer de nada”, aclaró.

Agregó que incluso cuando fue a la municipalidad de Las Heras le dijeron que lo mejor sería que donara el terreno porque ya no se podía hacer nada.

“Lo peor de todo es que yo tengo un terreno en Blanco Encalada de Las Heras, y no puedo ponerle los servicios porque no tengo el título de propiedad, sino una serie de boletos de compra venta que fueron pasando en mi familia, así que ahora yo soy usurpadora y usurpada” lamentó.

Carolina incluso dijo estar de acuerdo con donar los terrenos del aeropuerto a cambio del título de Blanco Encalada pero tampoco logró eso.

“Las 11 hectáreas ya las considero perdidas, dijo resignada, porque yo no voy a ir a sacar a la gente de ahí, pero me da bronca que no me hayan dejado hacer una cooperativa para poder construir en las zonas que quedan libres y eso es porque hay muchísima burocracia ya que esas tierras vienen pasando desde mi tátara abuela y más, y pasaron por tantas manos que ya ni se sabe quién es el dueño real. Es una pena, porque es una zona ya urbanizada y hasta escuelas se podrían poner ahí”.

Sin dueños

Omar Parisi, titular del IPV, señaló que en los últimos años se han hecho tres expropiaciones de terrenos para la edificación de barrios. “Uno está en Luján, otro en Godoy Cruz y hay otro en Maipú donde se está haciendo el Procrear”, puntualizó.

Aclaró que a pesar de no haberse encontrado propietarios, el gobierno realizó el depósito judicial correspondiente.

Aprovechó la ocasión para remarcar que “la propiedad sólo la da la escritura, hay muchas personas que caen en las trampas del boleto de compra venta y eso no tiene ningún valor y señaló que en este momento se están haciendo diversos planes de regularización de patrimonio en los distintos municipios”.

Por último, destacó que para evitar la usurpación de viviendas en construcción, el IPV destina un millón de pesos al mes para cuidar a los casi 100 barrios que se están haciendo.

Abogada usurpadora en el barrio Judicial

Hugo tenía alquilada su casa de Godoy Cruz hasta que murió el titular del alquiler y los hijos de este se quedaron en la casa sin pagar la renta.

Inició entonces el juicio de desalojo que duró casi tres años, pero tres meses después, estando la casa en venta, el martillero que la tenía a cargo no pudo entrar.

“Se habían metido y habían cambiado la cerradura, así que el martillero puso la denuncia en la fiscalía 2 de Godoy Cruz. Luego me entero que la usurpadora es una de las que había desalojado, y es abogada penalista. Es conocida por las habilidades que tiene dentro del poder judicial” expresó el propietario.

Contra ella, Hugo tiene diversas denuncias, no sólo por la usurpación, sino por amenazas reiteradas, y hasta por falsificación de documentos ya que él había retirado el medidor de luz, y la abogada presentó en el EPRE un contrato de comodato supuestamente firmado por la es esposa de Hugo, quien fue personalmente a desmentir que esa fuera su firma.

Sin embargo el medidor está puesto y las boletas siguen llegando a su nombre.

“Hace dos años que el expediente da vueltas en el poder judicial, incluso supe que a esta mujer ya había estado usurpando en Las Heras y que incluso habían suspendido un par de veces su matrícula”, señaló.

El hombre señaló que le ofrecieron “otros métodos” para sacarla, pero que prefiere seguir el camino de la justicia para terminar con esto de una vez.

De momento, tiene en venta su casa donde aclara que se encuentra usurpada: “he tenido algunas ofertas pero mucho menores al precio que la vendo que es incluso menos del precio real, lo que pasa es que en esta situación vos no podés saber cómo está la casa por dentro. No creo que vaya a poder venderla”.