Gracias al empuje de un diseñador de modas mendocino internas de un penal local comenzaron a aprender esa profesión, a confeccionar prendas de alta costura y a crear sus propios vestidos, con los que desfilarán a fin de este año en un evento a desarrollarse en la Unidad III de El Borbollón, de la capital provincial, donde están alojadas.
“Ellas están sumamente agradecidas y en verdad el agradecido soy yo porque me dan la oportunidad de enseñar a alguien que realmente lo necesita. Mujeres que quieren esta profesión y que saben que el día de mañana pueden tener una posibilidad de trabajo concreta cuando salgan”, comentó el diseñador Ariel Quintana.
El taller se llama "Arte del Buen Vestir" y su objetivo es que las mujeres que se encuentran privadas de libertad en ese penal se capaciten en el diseño y producción de indumentaria, favoreciendo la posibilidad de generar herramientas que les permitan desempeñarse en un oficio y adquirir hábitos de trabajo.
Desde hace un par de meses, Quintana pudo cumplir una meta que se propuso hace mucho: desarrollar un taller de confección de prendas de alta costura para mujeres privadas de la libertad y, "sin saber quienes son, qué delito cometieron ni qué tipo de condena cumplen allí", enseñar y guiarlas en la producción.
“Es una experiencia increíble y el agradecimiento va tanto para el sector gubernamental como a ellas, que me llenan de satisfacción. A partir de ahora empezamos a preparar la ropa para el desfile de fin de año en El Borbollón", anunció Quintana.
El taller de costura se desarrolla junto a las internas, quienes participan del diseño y producción de prendas de alta costura que planean lucir y presentar en un desfile a realizarse en diciembre en la misma cárcel.
Con el apoyo de la Dirección de Promoción del Liberado y autoridades de la Dirección del Servicio Penitenciario, el empresario mendocino les enseñó técnicas de moldería, les dejó parte de sus propias telas y recortes para apliques y compartió con ellas muchos secretos del oficio.
Desde su local comercial en el centro de la ciudad de Mendoza, el creador llamó al empresariado argentino "a ayudar a reinsertar a los internos en la sociedad".
“Todos criticamos que nos roban, pero ¿nosotros qué hacemos?”, se preguntó y aseguró que las internas reciben esa ayuda "como algo muy positivo y se sienten útiles”.
Según su experiencia en la cárcel de mujeres, “se puede realizar lo mismo en deportes, costura, cocina y muchas cosas porque es muy grande la gama" de posibilidades, por lo que invitó "a toda la Argentina a que se prenda en esto, que también es una forma de colaborar (a resolver) la inseguridad”.
El penal informó que previo al inicio de este taller, las internas se capacitaron en la confección, cosido y terminado de indumentaria y posterior comercialización de productos, mediante la instalación de una unidad de la Red Federal de Aulas Móviles, que depende de la Dirección de Educación Técnica y Trabajo, de la Dirección de Escuelas y del Ministerio de Economía de Mendoza.



