Uno de los “capos” de la quiniela clandestina bonaerense esgrimió esta mañana una insólita defensa de su actividad, al informar que el dinero ilegal repartido debía ser compartido con la policía, a la vez que daba “trabajo” a unas 400 familias.
Adrián Almáraz fue detenido y está procesado por liderar una organización de juego clandestino en el Oeste del Gran Buenos Aires. Y hoy a defenderse. Dijo que él le da "trabajo a 400 familias" y que su intención siempre fue salir de la ilegalidad y "blanquear" la actividad.
En un allanamiento a su vivienda se secuestraron 12 millones de pesos y “sobres” de papel destinados a diferentes comisarías de la Bonaerense. "Estamos obligados a pagarles a la Policía", admitió.
Almaráz, quien recuperó la libertad pero continúa procesado, reconoció que para que sus siete agencias de juego ilegal pudieran funcionar, debía pagarle a la Policía. "Venían una vez por mes a buscar los sobres", dijo en declaraciones a TN, aunque no precisó cuánto dinero les entregaba.
Explicó que tenía la "obligación" de "pagarle a la Policía" para poder operar. Y aclaró que él "sólo le pagaba a la Policía" y que "se supone que esto (los pagos de sobornos) llegaba hasta arriba".
"Nosotros no negamos que tenemos sobres de dinero para la Policía, porque nosotros arrancamos antes que la (Quiniela) oficial", detalló. Y remarcó que tuvo la intención de oficializar su actividad. "Siempre quisimos legalizarnos, tener que darle plata a la Policía no le conviene a nadie", justificó.
"La quiniela clandestina existe desde hace años", dijo. En este sentido, se quejó porque el "no" es el "único" que se dedica a esto. "Todos los municipios están llenos (de juego ilegal). Nosotros no queremos escondernos, queremos blanquearlo (el negocio) porque nosotros trabajamos", agregó.
Sobre este punto, argumentó que había hecho intentos por blanquear la actividad. "Con el anterior gobierno estábamos en un proyecto de legalización, pero como Lotería de la Provincia tenía sus propias agencias clandestinas no nos legalizaban a nosotros, pero no nos atacaban", dijo.
Otro de los puntos en los que basó la "defensa" de Almaráz fue que su negocio, aunque fuera ilegal, daba trabajo. "Atrás mío había 400 familias que se quedan sin trabajo. Tenemos toda la gente parada, se están cagando de hambre", contó.
"Acá la mayoría que levanta quiniela no tiene estudio, están sin trabajo, ojalá que cambie, pero con este Gobierno no hay trabajo", se lamentó. Mientras Almaráz daba su testimonio por televisión, llegaron varios vecinos a su casa para pedir que los dejaran seguir con la actividad.
"Él no es un delincuente. Nos ayuda", afirmó una mujer que dijo levantar quiniela para él. Como ella, muchos otros pidieron por Almaráz. "Nos da trabajo, ahora cómo vamos a hacer. Sin estudios y con más de 35 años no te toman en ningún lado", se lamentó otra vecina.
El allanamiento
Almaráz cayó durante un operativo en el que participaron 40 efectivos del Grupo Halcón de la Policía de la provincia de Buenos Aires, que estuvo al mando del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.
En su casa, se secuestraron 750 mil dólares, 250 mil pesos y 10 mil euros (casi 12 millones de pesos). También se encontraron 15 sobres con dinero destinado a las seccionales de Morón, Merlo, Haedo e Ituzaingó, entre otras.
Según trascendió, con este negocio, Almaraz recaudaba unos 500 millones de pesos por año.



