Se sospecha que las monjas eran torturadas, aunque esta hipótesis fue negada por el Arzobispo.
Entre Ríos: la Iglesia niega que las monjas hayan sido torturadas
La justicia entrerriana allanó este viernes un convento de la ciudad de Nogoyá por una denuncia por torturas y privación ilegítima de la libertad contra las religiosas del claustro, y el fiscal de la investigación dijo que se encontraron elementos de castigo y autoflagelación.
El fiscal Federico Uriburu, a cargo de la causa, dijo que la superiora de la casa religiosa se resistió al ingreso de los funcionarios judiciales, por lo que hubo que forzar la puerta de acceso, y confirmó que en el operativo se hallaron "elementos de tortura y autoflagelación como látigos y cilicios".
El arzobispo de Paraná negó que las monjas vivan en el monasterio en contra de su voluntad.
El intendente local, Rafael Cavagna, sostuvo que "se realizaron los allanamientos y las hermanas quedaron a disposición de los médicos de la justicia para la revisación".
Por su parte, en una rueda de prensa en la sede del arzobispado, el arzobispo de Paraná, Juan Puiggari, explicó que lo que se encontró fue lo que "se llama cilicios, que no son elementos de torturas", aunque reconoció que esos instrumentos provocan "cierta molestia, pero de ninguna manera lastiman".
Monseñor Puiggari insistió en rechazar que las religiosas del monasterio de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmelo, de Nogoyá, estén privadas en forma ilegítima de su libertad como denunció una publicación periodística.
"Son todas mujeres mayores de edad en su sano juicio que deciden y elijen una vida austera", aseguró.
El hallazgo en el convento de cilicios, látigos y pequeñas fustas de cuero, que el fiscal de investigación Federico Uriburu consideró "elementos de tortura y autoflagelación", hizo que expertos cuestionarán que la Iglesia permitiera la utilización de estos instrumentos para infligirse dolor de modo sistemático.
Ver: Entre Ríos: allanan un convento y encuentran elementos de tortura



