Argentina cayó ante Estados Unidos en los cuartos de final del básquet olímpico. El aliento de la gente fue conmovedor.
Gracias Generación Dorada por la última función
Esos cientos de argentinos que impusieron sus gritos por sobre el de los brasileros en la contundente derrota de Argentina sobre Estados Unidos no hicieron más que premiar a una generación que le dio todo al básquetbol nacional.
Estados Unidos no falló, y tuvo a un Kevin Durant intratable.
La despedida no fue la mejor, pero estaba en los planes. El Dream Team sacudió a El Alma y no le dio chances. En el Maracanzinho se impuso por 27 puntos de diferencia: 105 a 78.
Argentina sólo logró aguantar el ritmo en el primer cuarto, en donde jugó un partido a la perfección. Luego falló mucho debajo del arco frente a un rival con una notable contundencia en triples. Además, los comandados por Manu Ginóbili cometieron varios errores que sus rivales no perdonaron.
Hemos disfrutado durante los últimos 12 años del mejor equipo de básquet que dio la Argentina, o tal vez del mejor equipo de todos los deportes de nuestro país.
Sólo hay que agradecer a quienes integraron la Generación Dorada. Son amigos, colegas, competidores, deportistas pero el corazón de ellos es envidiado por otras potencias, como el mismo Dream Team.
Manu Ginóbili, con 39 años, fue a Río no a pasear, a dejar sus últimas gotas de transpiración por la celeste y blanca. Lo mismo Andrés Nocioni, porque son los dos que ya anunciaron su retiro del seleccionado. Todos los vamos a extrañar.
Luis Scola, el abanderado de la Delegación Argentina. Un NBA pero que mantiene ese espíritu amateur del deporte, esa necesidad de mejorar en función de un equipo aunque individualmente ya lo tenga todo.
Sólo podemos agradecer estos años que nos han regalado.
Oro en Atenas 2004. Bronce en Pekín 2008. Animársele a los más grandes. Son algunas de las gestas de la Generación Dorada.
El aliento de los argentinos fue muy emocionante. Este puñado de deportistas nos regaló sobradas alegrías. Hoy llegó a su fin.
A partir del segundo cuarto la diferencia en contra fue creciendo hasta tornarse inalcanzable. Y ante esta situación, la fiel hinchada argentina cantó más fuerte que nunca dándola al partido un marco de emotividad.
Y claro, Ginóbili, Nocioni y compañía se merecían una despedida acorde a la que los argentinos le dieron en Brasil.


