Un californiano inventó por azar el juego que paraliza el tráfico en Nueva York y Tokio y vende 1.6 millones de dólares al día. Se le ocurrió luego de que el CEO de Google escondeira varios Pokemones en Google Maps para el día de los Inocentes.
El genio al que le debemos que medio mundo se paralice en la calle por atrapar a una criatura imaginaria es John Hanke de 49 años quien a mediados de los años 90 presentó su disertación final para su posgrado en la Universidad de California. El tema era sobre las oportunidades del espacio interactivo entre los juegos y la tecnología y, desde entonces, ha tenido ese objetivo de vida.
Al graduarse cofundó una compañía donde desarrolló lo primeros videojuegos en línea que permitían a las personas jugar juntos en ambientes virtuales desde diferentes sitios físicos; luego se concentró en la visualización geoespacial mediante la creación de Apps de navegación y fundó Keyhole, empresa que en 2004 vendió por 35 millones de dólares a Google, y en donde permaneció como vicepresidente implementado la cartografía digital y de imágenes de satélites que soporta los productos: Google Earth, Google Maps y StreetView. En 2011 llegó a un acuerdo para crear Niantic Labs dentro de Google, con el objetivo de explorar el cruce entre aplicaciones móviles, geolocalización y entretenimiento.
Pokemon, por su parte fue creada por Satoshi Tajir en los años 90s, inspirado en su afición por coleccionar insectos. Satoshi y su socio, el diseñador Sugimori, trabajaron durante cinco años, en la creación de una serie de cartas coleccionables de pequeños monstruos de bolsillo (Poketto Monsutā). El proyecto fue adquirido en 1996 por Nintendo que lo comercializó como videojuego pero, debido a su popularidad, se expandió a series de televisión, juegos de cartas, ropa, etc.
Ahora, veinte años después llega al mercado en su nueva versión de realidad aumentada Pokemon Go.
En la realidad aumentada, el computador genera una capa ficticia por encima de una realidad, de forma que se pueda interactuar con ambas capas a través de un dispositivo móvil, en este caso, sobre un mapa real de la ciudad tomado de Google Maps se insertan los Pokemon ficticios.
Hanke indicó que su deseo es construir aplicaciones que profundicen la relación de las personas con sus pueblos o comunidades para fomentar el que los jugadores que se encuentren en la vida real. Según él, la diversión consiste en salir de casa y jugar contra otros. Y lo logró: por todas las calles y plazas del mundo se está viendo a jóvenes en una relación distinta con sus celulares, ya no los usan para hablar o escribir mensajes, sino para capturar Pokemon.



